Cada segundo se hacen tres entregas. 400.000 toneladas de CO2 son liberadas a la atmósfera, acompañadas de una para nada desdeñable cifra de 1.700 toneladas de óxidos de nitrógeno al año. Para compensar estas emisiones, un millón y medio de personas deberían dejar de utilizar sus coches, engrasando sus bicicletas para una movilidad en 2021 a base de esfuerzo físico. Y esto solamente en Cataluña.
Cuando compramos por internet asumimos unos costes de los cuales muchas veces no somos conscientes: los ambientales. Para luchar contra esta invisibilización del impacto de esta actividad y concienciar por un consumo responsable, la Autoridad de Transporte Metropolitano y el Departamento de Territorio y Sostenibilidad, han lanzado la campaña “La compra es en línea. La contaminación que genera, no”.
Enfocada fundamentalmente al público joven, la campaña buscar generar un comportamiento responsable, un consumo consciente en el que se valoren las diferentes posibilidades de compra y entrega a la hora de adquirir un producto. De esta forma, apelan a evaluar alternativas logísticas a la tradicional última milla, como la agrupación de pedidos, el uso de puntos de recogida o la opción clásica de la tienda física.
Cada segundo, 3 entregas
En los últimos años, la importancia del comercio electrónico ha aumentado notablemente, y con la situación generada por la Covid-19 aún se ha incrementado más, con el consiguiente impacto negativo en la calidad del aire. Antes de la pandemia, en Cataluña el ritmo de crecimiento del comercio electrónico era de entre un 20 y un 25 por ciento anual, con un volumen de 53 millones de compras que comportaba alrededor de 39 millones de desplazamientos, de los que 9 millones eran innecesarios, es decir, retornos o ausencia del receptor.
