A estas alturas a nadie sorprende saber que el ecommerce se ha convertido en la tabla de salvación de muchos negocios ante la crisis generada por el COVID-19. Incluso los establecimientos de primera necesidad han visto multiplicadas sus ventas online debido a que los consumidores prefieren reducir al máximo sus salidas.
En esta coyuntura, los españoles se han enfrentado a una nueva forma de consumo que, para el 62 por 100 de los usuarios, supone una vía de escape ante el estrés que puede llegar a generar el hecho de realizar estas compras en tiendas físicas y de forma presencial, según indica la cuarta edición del E-shopper Barometer de SEUR.
Este éxito del ecommerce durante el Estado de Alarma cobra sentido en un país como España donde, según los datos del barómetro, el consumidor online goza de madurez, aunque ligeramente inferior respecto a otros países de Europa. Los compradores online habituales, es decir, los que compran por Internet al menos una vez al mes y que ya representan el 34 por 100 del total de los e-compradores, generan el 77 por 100 del volumen total del mercado online español, realizando el 12,6 por 100 de todas sus compras a través de Internet. Y aproximadamente dos tercios (63 por 100) de los mismos comenzaron a hacer compras online hace más de 5 años.
Un factor que empieza a cobrar fuerza en el consumo online: la sostenibilidad
Los consumidores cada vez reclaman más que las empresas sean responsables con el medioambiente. Son muchos los que se informan de las políticas de RSC de una marca antes de adquirir un producto suyo, e incluso demandan que los proveedores de estas marcas tengan también estrategias que les permitan ser más sostenibles.
El comercio online no escapa a esta tendencia, así lo muestra el estudio, donde el 77 por 100 de los compradores online españoles admite que esperan una responsabilidad medioambiental por parte de las empresas, un porcentaje mayor a la media europea que se sitúa en el 70 por 100.
