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EE.UU. ESTÁ POR DELANTE DE EUROPA

Yale apuesta por las celdas de combustible

Por C de Comunicación
Como combustible para carretillas elevadoras

Para Yale, en Europa, la tecnología de las celdas de combustible (Fuel Cell technology) sigue estando en sus inicios. Por el contrario, el mercado de carretillas elevadoras propulsadas por medio de celdas de combustible sigue creciendo en los Estados Unidos y es ahí donde Yale quiere asumir “un papel de liderazgo en sostenibilidad medioambiental”.

Según fuentes de este fabricante, un cierto número de importantes empresas americanas ya han recurrido a Yale para sus carretillas equipadas con celdas de combustible y las han desplegado a gran escala. Los resultados han sido: “unos ahorros sustanciales en coste de mano de obra y en costes operativos, además de contribuir a un entorno de trabajo libre de emisiones”, dicen desde Yale.

Entre los clientes se encuentra Nestlé Waters, que utiliza 32 carretillas contrapesadas Yale, con unidades de celdas de combustible de hidrógeno, en su planta de embotellado en Dallas. Igualmente, Central Grocer, Inc, la cadena independiente de supermercados más grande de Chicago, que ha comprado 220 carretillas equipadas con celdas de combustible para su uso en un nuevo centro de distribución.

Las celdas o pilas de combustible de hidrógeno convierten la energía producida en la celda de combustible de hidrógeno en electricidad a través de una reacción química cuyos únicos productos derivados son agua y calor.

La razón principal de elegir la tecnología de las pilas de combustible es “que puede suponer un ahorro significativo de dinero para los clientes finales. Un solo ‘llenado’ de la pila puede alimentar una carretilla a lo largo de un turno prolongado, siendo necesario un tiempo de entre tres y diez minutos para cada repostaje”. 

Otras ventajas de las celdas de combustible con respecto a las baterías de ácido plomo incluyen espacio adicional para la actividad diaria del cliente, ya que no es necesario disponer de estaciones de cambio de batería. La vida de servicio de una celda de combustible puede ser de hasta diez años o más, y las celdas de combustible pueden ser una elección mejor que las baterías de plomo para aplicaciones en lugares de trabajo refrigerados, ya que su rendimiento no se ve afectado por las temperaturas bajas.

Junto con las carretillas contrapesadas, Yale ha usado también con éxito celdas de combustible de hidrógeno en diversos equipos de almacén de todos los tamaños.  “Ya no se trata de un combustible teórico del futuro”, ha dejado patente Yale.

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