El director General del CEL, Ramón García, recoge en este artículo los principales retos para el sector logístico de cara a 2025.
Imagínate una sala llena de piezas de un complejo rompecabezas: cada una representa un aspecto crítico de la logística global. En 2025, la cadena de suministro se enfrenta al reto de ensamblar este rompecabezas bajo la presión de tendencias disruptivas, normativas exigentes y expectativas sociales en constante cambio a las que ahora hay que sumar también un giro en la geopolítica mundial.
Sin embargo, no se trata solo de resolver el puzzle, sino de rediseñar la imagen completa con el fin de construir una logística más ágil, sostenible y humana que posicione España como hub logístico internacional.
Las reglas del juego: sostenibilidad como requisito, colaboración como elección
Mi padre decía que las cosas se hacen por amor o por temor y le encuentro mucho sentido a su reflexión cuando hablamos de sostenibilidad.
El compromiso con los objetivos de reducción de emisiones no es negociable. Cada empresa, cada operador logístico y cada actor que opera en la cadena, deberá alinearse con normativas ESG que exigen resultados medibles, pero también obligan a reimaginar las operaciones desde la raíz buscando la eficiencia, que al final es uno de los principios de la sostenibilidad: hacer más con menos. Esto incluye diseñar rutas más eficientes, revisar procesos, adoptar la economía circular como estándar y colaborar con el resto de la cadena incluyendo el compartir tanto información, como recursos.
¿Seremos capaces de convertir la sostenibilidad en una ventaja competitiva por amor apoyándonos en los instrumentos de financiación y de recuperación de inversión como los CAE’s o trataremos de hacer por temor lo justo para cumplir con las normativas?
Infraestructuras: la base para un hub logístico internacional
España tiene una posición geográfica privilegiada como puerta de entrada a Europa, América y África, pero sin las infraestructuras adecuadas, esa ventaja competitiva se diluye. La modernización y ampliación de puertos, aeropuertos, corredores ferroviarios y centros logísticos es clave para consolidar al país como un referente en la cadena de suministro global.
El Corredor Mediterráneo y el Atlántico, la intermodalidad eficiente y la digitalización de los flujos logísticos son factores determinantes para atraer inversión y mejorar la competitividad. Sin embargo, también es fundamental un marco regulador que favorezca la agilidad operativa y la colaboración público-privada para el desarrollo de estos proyectos estratégicos.
En este contexto, la pregunta es clara: ¿estamos construyendo la infraestructura que necesitamos para liderar la logística del futuro o simplemente adaptándonos a la demanda actual sin una visión a largo plazo?
Las herramientas del cambio: datos, digitalización y tecnologías
La logística no solo mueve productos, también mueve datos. Tecnologías como el eCMR, los gemelos digitales y la IA transforman la toma de decisiones permitiendo anticipar problemas y adaptarse en tiempo real a través de la recopilación y procesamiento de datos.
El 2025 será el año de consolidar estas herramientas a base de formación, tanto en tecnologías como de negocio -algo fundamental para conocer las áreas de aplicación-, pero también de enfrentarnos a un gran dilema: unificar el lenguaje, formato y fuente de esos datos o, dicho de otra manera, estandarizar.
La IA, la gran protagonista
La Inteligencia Artificial está dejando de ser una tendencia futurista para convertirse en una herramienta clave en la logística. Su aplicación en logística abarca desde la optimización de rutas y la gestión de inventarios hasta la predicción de la demanda, la trazabilidad y la gestión de riesgos. Pero su éxito dependerá de resolver un desafío clave: la calidad y accesibilidad de los datos.
Sin una base de datos bien estructurada, la IA no puede extraer insights valiosos. Muchas empresas aún operan con sistemas aislados, lo que impide una visión global de la cadena de suministro y frena el procesamiento y análisis de datos. La interconexión de plataformas, la estandarización de los formatos y la inversión en infraestructura tecnológica y talento serán factores decisivos para desbloquear su verdadero potencial.
El factor humano: la pieza insustituible del rompecabezas
Mientras las máquinas calculan y predicen, las personas seguirán tomando decisiones clave. Pero el déficit de talento en logística, especialmente en competencias digitales y sostenibles, es un reto mayúsculo. Según el último estudio “El gran Libro de la Supply chain en España 2024. Un sector en movimiento” elaborado de forma conjunta con ManpowerGroup, el 94,2% de las empresas identifican la falta de profesionales cualificados como una barrera crítica, por lo que también tenemos que ganar popularidad. Para esto es necesario transmitir una imagen de la logística como una actividad estratégica, dinámica y llena de oportunidades. Resaltar su impacto en la vida cotidiana y compartir casos de éxito puede motivar a las nuevas generaciones.
Estos puntos no son solo piezas sueltas de un rompecabezas, sino elementos interconectados que definirán el futuro de la cadena de suministro. La cuestión no es si estos cambios van a llegar, sino si seremos capaces de integrarlos de forma estratégica para convertirlos en una ventaja competitiva.
*Artículo escrito por Ramón García, director General del Centro Español de Logística (CEL).