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La revolución silenciosa en la cadena de suministro

Por Juan José Montiel

La Logística, en su concepto más amplio, está de moda. Es algo que hubiera resultado impensable hace solo unos pocos años. Ha sido el comercio electrónico quien nos ha hecho ver de forma más palpable, la importancia que la Cadena de Suministro tiene en nuestras vidas.

Nunca como ahora algunos aspectos de la logística han sido tan accesibles al gran público. Conceptos como Black Friday se han popularizado y los noticieros televisivos comienzan ese día comentando las cifras de ventas en China y EEUU y el consiguiente colapso que, año tras año,  sufren los almacenes y las redes de distribución. Los vehículos autónomos, ya sea su versión aérea, drones, o terrestre, son también habituales en los espacios televisivos y las redes sociales.  

 Sin embargo, hay una tecnología  que, en muy poco tiempo, revolucionará la cadena de suministro y de cuyo potencial disruptivo el  gran público no es consciente. Me refiero  a la llamada impresión 3D y, de hecho,  ya lo está haciendo.

El pasado día 13 se publicaba en la prensa que HP estrenaba el mayor centro de impresión 3D del mundo en la ciudad Condal. El Mundo en su versión web daba algunos detalles muy significativos: 14.000m2 de instalaciones dedicadas y un volumen de negocio cercano a los 14.000 millones de dólares en 2019 que llegarán a casi 23.000 en 2022.  Este evento me indujo a reflexionar sobre la impresión 3D y su impacto en la cadena de suministro.

La impresión 3D en la historia

Hay multitud de artículos que narran la historia de esta tecnología: desde los primeros intentos de Chuck Hull en 1986 cuando desarrolla  en EEUU la técnica de la esterolitografía donde un láser polimeriza selectivamente un baño de resinas líquidas  para obtener objetos sólidos, hasta el año 2008 en que se imprime la primera pierna protésica sin requerir adaptación y montaje posterior o el anuncio de fabricación de casas con impresión 3D hecho en 2014 por la empresa china Winsun con ahorros cercanos al 50% en los costes de construcción.  

Es cierto que esta tecnología empieza a ser conocida por el gran público pero, la mayor parte de las veces, se la ve asociada al prototipado que es ciertamente uno de los primeros usos para los que nació.

Sin embargo, el impacto de esta tecnología en la Cadena de Suministro es mucho más amplio.

Comenzando por el concepto, se llama impresión 3D a la fabricación de objetos tridimensionales a partir de un archivo digital de datos que definen su forma y dimensiones, utilizando una tecnología que añade sucesivas capas horizontales muy finas de material hasta que el objeto es completado. En la actualidad se utilizan multitud de materiales tales como plásticos, composites, cerámica o metales y se está empezando a experimentar con materiales orgánicos.

Así por ejemplo, el pasado 15 de Abril, elpais.com informaba de que científicos israelíes de la Universidad de Tel Aviv habían fabricado un corazón vivo a partir de tejido humano asegurando que esta técnica permitirá “construir” éstos órganos de manera personalizada para cada paciente a partir de sus propios tejidos eliminando el tan temido rechazo en los trasplantes y ayudando a reemplazar células muertas en los infartos de miocardio.

Efectos de la impresión 3D en logística

  • La fabricación basada en impresión 3D permitirá localizar pequeños centros de producción cerca de los mercados donde se consuman los productos fabricados. Este nuevo modelo de fabricación distribuida puede ser aplicado en países en vías de desarrollo donde el capital y los recursos hacen imposible la construcción de grandes centros fabriles pero sí son abordables estas pequeñas fábricas.
  • Cuan inimaginable será el impacto positivo y la prosperidad generada en las comunidades donde se establezcan estas pequeñas fábricas.
  • El suministro de materias primas a las fábricas cambiará. Los proveedores pasarán a suministrar pequeños lotes de materias primas a estas pequeñas factorías mucho más diseminadas que en la actualidad. Deberán rediseñar sus rutas de abastecimiento y la manera de suministrar de forma rentable estos pequeños lotes.    
  • Las series de fabricación se acortarán sin perder eficiencia en los procesos y se facilitará la personalización de los bienes producidos. Esto permitirá acortar el tiempo de respuesta ante cambios en los mercados o en los gustos de los consumidores y eliminar tiempos muertos por cambio de moldes, útiles, ajustes de líneas, etc… Bastará enviar un nuevo archivo a la impresora.
  • El concepto de diseño evolucionará radicalmente. En muchos casos no será necesario producir componentes  para ensamblarlos y obtener el producto final ya que éste será el resultado del proceso de impresión 3D. ¿Cuánta complejidad se puede eliminar en la fabricación y ensamblaje de componentes intermedios?  
  • Los stocks de producto terminado se limitarán enormemente ya que los artículos se fabricarán siguiendo estrategias de postponement  o aplazamiento, acercando la fabricación al uso o consumo y eliminando la necesidad de fabricar anticipadamente y almacenar productos  de baja rotación. Imaginemos lo que esto puede suponer para sectores como el recambio del automóvil o de los vehículos industriales donde las empresas deben  producir y almacenar miles y miles  de referencias de muy baja rotación durante años.  Costes de almacenaje y riesgo de obsolescencia desaparecerán o se reducirán drásticamente.  ¿Cuantificamos  los ahorros derivados de estos escenarios?
  • Otro efecto positivo de la aplicación de las estrategias de postponement es que, al acercar la producción al consumo, la fiabilidad del Demand Forecasting  mejorará reduciendo el riesgo de producir artículos que no se vendan.
  • Por último, estas tecnologías de fabricación pueden reutilizar materiales reciclados y, además, producen menos deshechos que los procesos convencionales por lo que su impacto medioambiental se reduce en gran medida frente a la fabricación convencional.

Y lo que es mejor,  la tecnología utilizada en los procesos de impresión 3D está mejorando rápidamente, permitiendo que máquinas más grandes y rápidas sean capaces de fabricar piezas de gran tamaño con propiedades fisicoquímicas similares o mejores a las piezas salidas de las manufacturas tradicionales. Sectores como el automóvil, Wolkswagen, Seat, Mercedes o BMW,  la industria aeroespacial, Airbus, la moda, Nike, biomedicina, cirugía, ortopedia ya la están utilizando con éxito.

La popularización de la fabricación aditiva, esto es, el uso de esta tecnología en procesos industriales a gran escala está muy próxima y eso será, sin duda alguna, una auténtica revolución que cambiará radicalmente la cadena de Suministro tal y como la conocemos reemplazándola por otra mucho más eficiente en el uso de los recursos, con menor impacto medioambiental y menores costes de operación.

Todo este panorama apasionante… a la vuelta de la esquina.

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David
David
21/06/2019 20:48

Interesante post,

Como ex estudiante de ingeniería aeronáutica estaba pensando en sus potenciales usos en impresión de fuselajes, uno de los puntos en los que podría realizar un gran aporte es en la mejora de la integridad estructural a poder imprimir en una sola pieza suprimiendo remaches y análogos que mejoren la durabilidad y presenten un mejor comportamiento ante fallas, desgastes y fatigas abaratando los costos de revisión y mantenimiento.

Saludos

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