Según un estudio de un portal comparador de seguros, SS.MM. los Reyes Magos de Oriente tardarían hasta 227 días en repartir sus regalos, si tuvieran que hacerlo en un vehículo de transporte terrestre y sin la ayuda de la magia que les acompaña. Y Papá Noel, cuyo “territorio” de trabajo es global, tardaría la friolera de 743 años en hacer su tarea la madrugada del 25 de diciembre. Excuso decirles –siempre según ese portal web, acierto.com- el gasto en combustible, neumáticos, etc.
Pero como casi siempre la realidad se impone a la… magia, y los repartidores, mensajeros, couriers, etc. que, especialmente estos días, nos hacen llegar regalos, sobres, documentación y paquetes de todo tipo, tardan bastante menos que los tres monarcas orientales o el orondo abuelo de barba blanca.
A los que aparecen a cara descubierta, sin nocturnidad y casi siempre agobiados en nuestras oficinas, fábricas y domicilios, y hacen magia cada día, queremos dedicar estas últimas líneas de 2019 y, de nuevo, reconocer el inmenso servicio que hacen a la cadena logística. Cada vez más y, sobre todo, en el canal on-line. Y por una recompensa del todo insuficiente.
Ese es nuestro deseo navideño y para 2020: un mayor reconocimiento y pago para el eslabón más débil de la cadena de suministros cotidiana.
Para estos y para todos nuestros lectores ¡FELIZ NAVIDAD! Y ¡FELIZ 2020!
Seguiremos por aquí, entre bocado y bocado de turrón y sorbito y sorbito de espumoso, pero nos vemos de nuevo, con regularidad, después de arrancar la última página de este calendario.
Gracias por seguirnos. Gracias por estar ahí.