La organización empresarial de logística y transporte, UNO, organizó ayer, 25 de mayo, en Madrid, en la sede de CEOE-CEIM, una jornada sobre “Recursos Humanos y Relaciones Laborales en Logística y Transporte”.
Inauguró el evento Juan Pablo Lázaro, presidente de UNO y de CEIM, quien habló de una situación de recuperación económica que, sin embargo, “es asimétrica, con un crecimiento del PIB a costa de los márgenes”, todo ello en un entorno que ha cambiado en todos los sentidos: financiero, de modelo de compra, con países emergentes y un escenario de globalización. Insistió en que la recuperación es aún “incipiente” y que “es necesario continuar con la política de reformas”.
Finalmente adelantó un documento de 13 puntos a modo de análisis y propuestas para mejorar el sector: costes laborales, exceso de inseguridad jurídica, búsqueda de fórmulas para que el empresario “pierda el miedo a contratar”, mejor financiación parea la pymes, cumplimiento de la ley de morosidad, mejorar los costes energéticos, unidad de mercado, reforma de las administraciones, liberalización de los sectores y un modelo voluntario de responsabilidad social empresarial.
A continuación Nuria Muñoz, de Arinsa, trató “La flexibilidad interna en la actividad del operador logístico y de transporte”, señalando que estos sectores son unos de los de mayor potencial de crecimiento en los próximos años y que, por ello, precisan de mayor flexibilidad interna (temporal, de horarios, jornadas irregulares), toda vez que, actualmente, el 90 por 100 del personal es fijo. Concluyó que hay poca permeabilidad interna a las medidas de flexibilidad en los convenios, que esas medidas suelen referirse más al transporte que a la logística, que se puede avanzar mucho en este sentido y que hay que fomentar las claúsulas sobre polivalencia y movilidad funcional.
Carlos Arcas, asesor jurídico de Adecco, habló sobre “La externalización de actividades y sus regulación legal”, señalando que no se trata de una simple subcontratación de personas para cubrir un servicio y que no hay una regulación específica para este tipo de actividades, enfatizando que se suelen cometer muchas irregularidades en las contratas y que las inspecciones y sanciones son especialmente duras en este sentido.
La jornada se completó con dos mesas redondas, en la primera Emilio Cardero, secretario general de UGT, Federación de Transportes; Mario Martín, secretario general de CCOO, Federación de Transportes; Santiago Mallo, subdirector general de UNO y David Solana, socio de Gestiona2, debatieron sobre la “Situación de la negociación colectiva: logística, operadores
y transporte de mercancías por carretera”, en la que se evidenció que pese a la voluntad expresada por todos hacia la negociación, hay mucha distancia entre las posturas de unos y otros (incluidos los sindicatos entre sí) y ninguna unanimidad respecto a la posible disgregación del futuro convenio en actividades de logística y transporte. Todo ello produce una parálisis que no beneficia al sector, señalaron.
La segunda mesa redonda, bajo el título “Claves para la negociación colectiva y retos para patronales
y sindicatos”, contó con la presencia de Luis Fabián Márquez, presidente de Arinsa; Santos Nogales, secretario de Acción Sindical de UGT y Alberto Margallo, secretario de Negociación Colectiva de CCOO. Se abordó la importancia que ha tenido la firma del III Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, que en opinión de todos es muy importante porque abre la posibilidad de volver a negociar los términos de los futuros convenios colectivos que estaban totalmente paralizados.
Los convenios provinciales o nacionales fue el tema más abordado. L.F. Marquez apuntó que es una “aberración” que existan tantos convenios provinciales, “caso único en el mundo”, y que es necesario ir a convenios nacionales. UGT, estuvo de acuerdo con esa postura, abogando por el estatal: “los convenios de empresa son malos para los trabajadores y también para la economía, se han convertido una forma de hacer dumping social”. Además añadió que el convenio de empresa ha servido para que compañías que pagan salarios más bajos luego ofrecen sus servicios más baratos, o sea, hacen competencia desleal, algo en lo que estuvieron todos de acuerdo.