Frente a las ganancias de 164 millones de euros de 2020, el conglomerado danés AP Moller-Maersk, dueño del principal operador mundial de transporte marítimo de mercancías, ha reportado un beneficio neto atribuido de 2.243 millones de euros en el primer trimestre de 2021.
Las dificultades registradas en las cadenas de suministro globales y los cuellos de botella, directamente relacionados con el incremento de la tensión entre una oferta y demanda ya de por sí congestionada a raíz de la pandemia, han propiciado el incremento de los fletes, llevando a un “comienzo de año excepcionalmente fuerte” en palabras de Maersk.
Así, entre enero y marzo, el gigante danés alcanzó una cifra de negocio superior a los 10.300 millones de euros, casi un 30 por ciento más que los ingresos contabilizados por la compañía un año antes.
En lo que respecta al negocio de los fletes, este facturó 7.882 millones de euros, un 31 por ciento más, mientras que su división logística alcanzó los 1.708 millones de euros, casi un 42 por ciento más, y el segmento de terminales creció un 20 por ciento, con 905 millones de euros.
Una revisión al alza
El desempeño excepcionalmente sólido de Maersk responde, según declaró su consejero delegado, Soren Skou, a que “la fuerte demanda provocó cuellos de botella y una falta de capacidad y equipos, lo que elevó las tarifas de flete a niveles récord”.
Dados los resultados del primer trimestre, y las previsiones de que esta excepcional situación se mantenga en el medio plazo, al menos “hasta bien entrado el cuarto trimestre de 2021”, la compañía ha revisado al alza sus previsiones anuales.
De esta forma, Maersk espera lograr un resultado bruto de explotación de entre 10.700 y 12.400 millones de euros, frente a la anterior horquilla de entre 1.00 y 8.700.
