El pacto, alcanzado con mediación de Omán, pone fin a una campaña de ataques que ha puesto en jaque al comercio global desde 2023, aunque la seguridad en el corredor marítimo sigue siendo incierta.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado esta misma semana el cese inmediato de los bombardeos estadounidenses contra los rebeldes hutíes en Yemen, tras alcanzar un acuerdo en el que los insurgentes yemeníes se comprometieron a detener sus ataques contra buques estadounidenses en el mar Rojo. La mediación de Omán ha sido clave para sellar esta tregua, que busca aliviar la presión sobre una de las rutas comerciales más importantes del mundo.
Sin embargo, el acuerdo no incluye a Israel. Los hutíes han advertido que continuarán atacando buques vinculados al Estado judío mientras persista la ofensiva israelí en Gaza. Esta ambigüedad ha generado escepticismo en la comunidad internacional y entre las principales navieras, que aún consideran la zona como de alto riesgo.
Mar Rojo: una crisis que comenzó en 2023
La crisis en el mar Rojo se desató en octubre de 2023, cuando los hutíes, respaldados por Irán, iniciaron una campaña de ataques contra buques comerciales en solidaridad con Palestina tras el estallido de la guerra en Gaza. Inicialmente, los ataques se dirigieron a barcos vinculados a Israel, pero pronto se ampliaron a embarcaciones de más de 40 países, incluidos Estados Unidos y miembros de la Unión Europea.
Desde entonces, se han registrado más de 100 ataques, incluyendo el hundimiento de dos barcos y la captura de al menos una embarcación. Estos incidentes han provocado la muerte de varios marinos y han obligado a las grandes navieras a desviar sus rutas alrededor del cabo de Buena Esperanza, incrementando significativamente los costes y tiempos de transporte.
¿Un paso hacia la estabilidad o una tregua frágil?
La inseguridad en el mar Rojo ha tenido consecuencias económicas notables. El tráfico marítimo a través del canal de Suez se redujo en un 75% en 2024 en comparación con el año anterior. Además, los fletes se dispararon debido a la necesidad de utilizar rutas más largas y costosas, afectando especialmente a las cadenas de suministro entre Asia y Europa.
A pesar de las declaraciones de tregua entre Estados Unidos y los hutíes, la exclusión de Israel del acuerdo y las recientes declaraciones del grupo yemení indican que la inestabilidad en la región podría prolongarse. Dos de las grandes navieras, Maersk y Hapag-Lloyd, han expresado su cautela y han indicado que no retomarán las rutas a través del mar Rojo hasta que se garantice la seguridad de sus operaciones.
