Entre los grupos de trabajo celebrados durante la XVI Jornada Logística del Frío, organizada por C de Comunicación y convocada por ALDEFE, se desarrolló una sesión liderada por Körber en la que se analizó la automatización en almacenes de frío negativo. En ella participaron profesionales del transporte, la distribución y la logística, que compartieron experiencias concretas y debatieron sobre cuestiones como la inversión necesaria, la dificultad de adaptación a instalaciones existentes, la estacionalidad o la falta de flexibilidad ante carteras de clientes cambiantes.
La compañía puso en el foco del grupo de trabajo el caso de una de las plataformas logísticas de Ahorramas, que cuenta con temperaturas de hasta -28ºC. El objetivo principal del proyecto fue mejorar las condiciones laborales, aumentar la densidad del almacén y reducir costes energéticos. La solución elegida, un sistema automático de fondo múltiple con shuttle, satélites y software SGA que ha supuesto una inversión cercana a los 1,4 millones de euros, ha permitido a la compañía ahorrar un 30% en energía y mejorar la eficiencia operativa.
La rentabilidad y versatilidad de las soluciones, entre los retos
Tras la exposición técnica, se abrió el debate entre los asistentes, que representaban a operadores logísticos, distribuidores y empresas de transporte. Uno de los puntos más controvertidos fue la dificultad de rentabilizar este tipo de inversiones, especialmente en entornos donde los contratos con clientes rara vez superan los dos o tres años. Muchos coincidieron en que asumir proyectos de automatización de este calibre es complicado sin una garantía de continuidad en los volúmenes.
La versatilidad de las soluciones fue otro tema clave. Varios participantes mostraron su preocupación por el hecho de que las tecnologías automatizadas estén demasiado ligadas a un tipo de paletización o mercancía, lo que dificulta su adaptación a carteras de clientes cambiantes. “Hoy trabajamos con un tipo de producto, pero no sabemos qué nos pedirán dentro de tres años”, apuntaba uno de los asistentes.
La estacionalidad también se contempló durante el debate El propio ejemplo de Ahorramas sirvió para ilustrar cómo, en periodos punta como el verano, incluso un almacén automatizado puede quedarse corto, obligando a externalizar parte de la operativa. Esto abrió una discusión sobre si realmente la automatización es capaz de absorber picos de demanda, algo que desde Körber defendieron siempre que la solución esté bien dimensionada desde el inicio.
Los almacenes existentes no están listos
Otro de los grandes escollos identificados fue la complejidad de aplicar estas soluciones en almacenes ya existentes. Muchos responsables de operación destacaron que sus instalaciones actuales no están preparadas para incorporar sistemas automatizados, lo que multiplica las dificultades técnicas y el coste del proyecto.
A pesar de todo, hubo consenso en que la automatización será cada vez más imprescindible. La dificultad para encontrar personal dispuesto a trabajar en entornos de frío negativo, unida al incremento de los costes laborales y al alto nivel de absentismo, está empujando al sector a buscar soluciones que permitan mantener la operativa sin depender tanto de la mano de obra.
Un buen análisis, necesario
Desde el ámbito financiero, se propusieron fórmulas como el leasing o el renting para facilitar el acceso a la tecnología sin asumir todo el riesgo desde el principio. No obstante, algunos profesionales cuestionaron si estas opciones no encarecen demasiado el coste total del proyecto.
Como cierre del grupo, varios participantes recalcaron la importancia de no lanzarse a automatizar sin antes simplificar e integrar los procesos existentes. La máxima de “primero simplificar, luego automatizar”, fue una de las ideas más aplaudidas de la jornada, recordando que la tecnología por sí sola no soluciona todos los problemas si no se acompaña de una revisión y análisis profundo de la operativa.