La reubicación de las mercancías en puertos del Mediterráneo tras el cierre de Suez supondrá una nueva disrupción para el transporte marítimo cuando la ruta tradicional se restablezca.
Durante la 12º edición de la feria Logistics & Automation, que tuvo lugar durante los pasados 27 y 28 de noviembre en Madrid, muchos han sido los expertos que han pasado por las diferentes salas para hablar de automatización, de robótica, de transporte o de sostenibilidad. Pero uno de los temas que, aún a día de hoy, tras un año de que comenzaran las disrupciones, sigue resonando y afectando a las empresas del sector es la crisis vivida en el mar Rojo.
En una mesa redonda organizada por ACE cargadores y moderada por Nuria Lacaci, secretaria general de ACE, Mar Chao (Autoridad Portuaria de Valencia), Alberto Sáez (Deoleo), Ignacio Ballester (MSC) y Javier Casells (Marsh) compartieron diferentes impresiones de la situación tras el desvío del tránsito del canal de Suez al cabo de Buena Esperanza por los ataques hutíes a buques de carga.
La crisis en el mar Rojo continúa afectando al sector
“Este es un factor que nos afectó y que nos sigue afectando”, explicó Alberto Sáez, Spain & International Operations director de Deoleo, durante su primera intervención en la ronda de debate. “En su momento fue una disrupción muy importante, ya que nos quedamos con contenedores parados sin saber hacia dónde iban y a todos nuestros clientes preguntando por la mercancía”, puntualizó.
Para una compañía como Deoleo, que exporta aceite de oliva y derivados a 67 países -entre ellos Arabia Saudí o Nueva Zelanda-, el cierre al tráfico marítimo por el canal de Suez supuso un importante reto que les hizo explorar diferentes alternativas como la ruta Transiberiana o incluso el tránsito por la península arábiga. La imposibilidad de que esas rutas llegaran a India -uno de los países claves en la cadena de valor de Deoleo- y la delicadeza en el transporte de este tipo de mercancías, hicieron más difícil aún la búsqueda de alternativas para la compañía, que afirma que encontró una importante red de apoyo en otras empresas con la que intercambiaban información al respecto.
Una nueva normalidad para el Mediterráneo
Desde MSC, Ignacio Ballester subrayó: “No queríamos que ocurriera lo que en EEUU y los barcos se quedaran varados en Suez”. Desde la naviera reconocen que los últimos cuatro años han hecho que estén más preparados y puedan actuar de una manera más rápida y flexible ante cualquier imprevisto, lo que les permitió adaptarse a la nueva normalidad -el desvío del tráfico marítimo por el cabo de Buena Esperanza- en tan solo unos días.
La compañía restableció rutas y amplió sus estaciones de carga para evitar colapsos y que la mercancía siguiera fluyendo. Además, en España, se buscaron puertos alternativos para el transbordo de mercancías. “España ha sabido gestionar muy bien y redistribuir la mercancía gracias al trabajo de puertos, navieras y cargadores para que la carga local siguiera fluyendo, algo que en otros países no ha sido así”, señaló Ballester.
La reapertura de Suez supondrá otra disrupción
En nuestro país, sólo de enero a octubre de 2023 se registraron algo menos de 7 millones de TEUs en tránsito hacia los puertos españoles. En el mismo periodo de este año, la cifra asciende hasta los 8 millones, con Barcelona, Valencia y Algeciras como los destinos que mayor tasa absorben de ellos. Debido a la gran cantidad de carga que ahora “fuera de lugar” para su distribución desde el Mediterráneo, Ballester vaticina que, si Suez se restablece, se tardará entre 3 y 4 meses en volver a la normalidad anterior.
Las nuevas rutas, que hoy en día siguen bordeando el cabo de Buena Esperanza, han hecho que los envíos se retrasen en una media de 15 días, lo que ha provocado que empresas como Deoleo tengan que incrementar los stocks notablemente en su filial, lo que supone un aumento de costes. “Explicar a los clientes que se estaban rompiendo los lineales con esta situación era complicado”, añadió Sáez.
A pesar de la situación, Javier Casells estimaba que “en tiempos de policrisis y permacrisis, las organizaciones deben aprovechar las oportunidades para fortalecer su gestión de riesgos y generar ventajas competitivas”, mientras que Mar Chao, siempre positiva, recalcó el gran trabajo en equipo que se ha llevado a cabo para que tanto en situaciones como la del mar Rojo o como la de la DANA los puertos pudieran seguir operando con normalidad.