La compañía de transporte internacional confirma que algunos paquetes con destino a Estados Unidos están siendo “retirados” por falta de documentación conforme a las nuevas exigencias de importación
UPS atraviesa una situación compleja en su red internacional a raíz de la eliminación de la exención aduanera para envíos de bajo valor —el llamado régimen de minimis— aprobada por la Administración Trump el pasado 29 de agosto. Desde entonces, los paquetes con un valor declarado inferior a 800 dólares deben abonar aranceles y tasas específicas, lo que ha generado un incremento notable en los trámites aduaneros y en los tiempos de despacho.
Según informaciones publicadas en NBC News, miles de envíos con destino a EE.UU. permanecen retenidos en los centros logísticos de UPS, principalmente en el hub internacional de Louisville (Kentucky), mientras la compañía adapta sus procesos a las nuevas exigencias. En algunos casos, los clientes recibieron notificaciones indicando que sus paquetes estaban “retirados” o “eliminados” por incumplir los nuevos requisitos documentales.
Procedimiento de control reforzado y contacto con los remitentes
En un comunicado remitido a la prensa, UPS ha explicado que los incidentes derivan de “información ausente o incompleta” en los formularios de importación exigidos por las autoridades estadounidenses. La empresa asegura que contacta con los remitentes hasta en tres ocasiones para recabar los datos necesarios y que, cuando no logra completar el proceso, devuelve el paquete —a cargo del remitente— o lo retira según la normativa aduanera vigente.
La compañía no ha detallado qué implica exactamente el término “retirado”, aunque subraya que estas actuaciones se ajustan a las directrices de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). UPS mantiene que más del 90 % de los envíos internacionales se liberan el mismo día de su llegada, mientras que el resto requiere una verificación adicional que puede prolongar los plazos de entrega.
Impacto en la operativa y en la competencia
El nuevo marco arancelario, que forma parte del paquete de medidas comerciales de la Administración estadounidense, está generando una mayor complejidad operativa para los operadores logísticos internacionales. Según la misma fuente, algunos remitentes —como empresas europeas dedicadas a exportaciones de consumo o bienes artesanales— optaron por desviar parte de sus envíos a través de otros operadores, como FedEx, para evitar interrupciones durante la campaña previa a Navidad.
Con el pico logístico de fin de año a la vuelta de la esquina, los expertos del sector advierten que el desafío para las compañías de paquetería será mantener la trazabilidad y los tiempos de entrega en un entorno regulatorio más exigente.