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El talento, el motor de la logística automatizada.

El talento, el motor de la logística automatizada

Por Gabino DiegoFundador y CEO de Foro de Logística

La automatización ha dejado de ser una tendencia para convertirse en el nuevo lenguaje operativo de la cadena de suministro. Robots, algoritmos y sistemas predictivos ya no son futurismo: son presente. Sin embargo, mientras los titulares celebran la eficiencia y la velocidad, el verdadero debate se centra en las personas. ¿Qué papel ocupará el talento humano en un sector cada vez más automatizado?

El Future of Jobs Report 2025 del Foro Económico Mundial ofrece una respuesta contundente: hacia 2030, el 22% de los empleos actuales cambiará de forma estructural. Se crearán 170 millones de nuevos roles y desaparecerán 92 millones. La automatización no elimina el trabajo; lo transforma. Y en esa transformación, redefine qué significa ser competente y valioso.

El gran error sería pensar que el futuro pertenece solo a los perfiles tecnológicos. El mismo informe sitúa entre las competencias más demandadas el pensamiento analítico, la adaptabilidad, el liderazgo y la influencia social, junto con la alfabetización digital y la gestión de datos.

En logística, esto implica una evolución de roles: del operario que ejecuta tareas al profesional que interpreta información, diseña soluciones y lidera equipos híbridos donde humanos y sistemas inteligentes colaboran. Las organizaciones que comprendan este equilibrio serán las que marquen el ritmo del cambio.

El liderazgo, por tanto, adquiere una nueva dimensión. Ya no se trata de dirigir tareas, sino de inspirar equipos, fomentar la confianza y traducir la innovación tecnológica en propósito humano. En un mundo de máquinas inteligentes, la empatía y la visión estratégica serán las verdaderas competencias críticas.

El Future of Jobs Report 2025 del Foro Económico Mundial apunta a que el 39% de las habilidades actuales quedará obsoleto antes de 2030. Este dato debería ser una llamada de alerta para un sector que vive una profunda transformación digital. La falta de competencias adecuadas —en tecnología, análisis de datos o gestión avanzada— se ha convertido en el principal obstáculo para la competitividad logística.

El reto no es únicamente técnico, sino formativo. Las empresas deben pasar de la formación reactiva a una cultura de aprendizaje continuo, donde la actualización constante sea parte del ADN corporativo. El reskilling y el upskilling no son opciones: son la nueva infraestructura invisible de la productividad.

El talento que el sector necesita no solo es digital, también diverso. Incorporar más mujeres, jóvenes y profesionales de distintos orígenes no es un gesto de responsabilidad social, sino una estrategia de innovación. Los equipos diversos piensan distinto, detectan oportunidades y se adaptan mejor al cambio.

A su vez, las nuevas generaciones buscan proyectos con propósito, flexibilidad y compromiso ambiental. Las empresas logísticas que comprendan estos valores atraerán a quienes realmente marcarán la diferencia en la próxima década.

Como conclusión, podemos decir que estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo contrato laboral entre humanos y tecnología. La automatización debe ser una herramienta para liberar tiempo, elevar el trabajo y mejorar la calidad de vida, no para sustituir personas.

El futuro del sector dependerá menos de los robots y más de nuestra capacidad para combinar innovación con humanidad. Las empresas que apuesten por el desarrollo de talento, la diversidad y el liderazgo ético serán las que conviertan la automatización en una ventaja sostenible. Nos sobran Robots y nos faltan personas

Porque al final, incluso en la era de la inteligencia artificial, el verdadero motor de la logística sigue siendo las personas

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