El entorno exigente se ha apoderado de todos los sectores profesionales. De forma permanente. Y parece que ha llegado para quedarse para siempre.
La crisis económica de principios de la segunda década del siglo XXI y los acontecimientos que han llegado después, especialmente en esta tercera década de la centuria, han provocado que la denominación VUCA (volatility, uncertainty, complexity, ambiguity / volátil, incierto, complejo, ambiguo) sea la más acertada para el entorno social y profesional que nos acompaña.
Argumentos para sostener esa definición no faltan:
- Fragilidad de los modelos económicos
- Pandemia
- Guerras (ahora en Europa)
- Volatilidad de los precios
- Inflación
- Tensión en las cadenas de suministros (desacoplamiento de oferta y demanda; precios del transporte internacional; fletes)
- Fragilidad de mercados tradicionalmente sólidos (Alemania, Reino Unido,…)
- Brexit
- Disminución notable del crecimiento de la economía China
Falta de mano de obra cualificada
Y a estos se ha venido a unir un elemento inesperado: la falta de mano de obra (especialmente la semi-cualificada). Más aún en un entorno, el de los países occidentales, donde las tasas de paro están muy lejos de ser aceptables y hacen muy difícil acercarse al “pleno empleo”, tasas por debajo del 8%, (casos de España, 12,7% y Grecia, 10,8%) o mantenerlo, si bien el panorama es positivo en el conjunto de la eurozona (media 6,5% a junio 2023).
Prácticamente ningún sector es ajeno a esa dificultad para encontrar profesionales. Pero la logística es uno de los sectores que, por su crecimiento, y por la necesidad de mano de obra intensiva –y estacional: campañas, promociones, Navidad, Black Friday-, sobre todo en las cadenas de suministros de comercio electrónico, se ve en mayores dificultades para encontrar, atraer y retener profesionales cualificados. Pero también, aquellos que acceden a este sector por primera vez.
El problema es especialmente acuciante en dos extremos de la cadena: mozos de almacén (preparación de pedidos) y carretilleros en intralogística por un lado; y conductores de camión en la cadena de transporte, por otro.
El escaso conocimiento social de la logística, tradicional por la dificultad de definir una disciplina tan ancha como compleja, variada y dispersa, el bajo nivel salarial y las exigencias para algunos puestos, multiplican esa dificultad.
La llave de la formación
En todos los foros en los que, de manera recurrente, se menciona la dificultad para atraer y retener talento al sector logístico –y no son pocos- aparece también la necesidad de alinear las necesidades de las empresas no solo en cantidad, si no en calidad. Es decir, además de que aún son escasas las titulaciones oficiales para el sector logístico y casi nulas las de formación básica (no así Másters y estudios postgrado), con frecuencia no cubren esas necesidades, cada vez más acuciantes.
El caso más extremo es el de conductores de camión. Las largas jornadas consecutivas fuera de casa y la escasa remuneración, junto a un reconocimiento a la profesión que tarda en llegar, han vaciado el buzón de las demandas de empleo en este perfil. A tanto llega el problema que se estima que faltan ya más de 350.000 conductores en toda Europa y que, para dentro de apena tres años, pueden dejar de cubrirse el 60% de los puestos necesarios.
Las empresas toman el testigo
Algunas compañías con visión de futuro, recursos y determinación han tomado ese testigo huérfano y desarrollan sus propios programas formativos que, a falta de la oficialidad –no siempre necesaria- aciertan de lleno en encajar necesidades con conocimientos y desempeño tutelado.
No se trata de colaboraciones del tipo Universidad-empresa, trabajo en prácticas o becas temporales, en las que si bien se adquiere una experiencia laboral que es necesaria para el novel, suelen adolecer de falta de verdadera formación. Lo que se aprende es a través de la práctica laboral y no en secuencia formación-desempeño.

Se trata de formaciones estructuradas pegadas a la realidad, al desempeño, al sector o subsector que se trate. Impartidas por profesionales de las empresas en su mayoría y que evoluciona al tiempo que lo hacen los entornos profesionales.
TVH Universidad. Un caso singular
Un caso singular es el de la compañía multinacional belga TVH Parts, especialista en la fabricación y distribución de recambios para maquinaria, desde manutención a agrícola y Obras Públicas.
Consciente de esas necesidades –incluso antes de que se manifestaran como urgentes- TVH creó hace unos años TVH University. El objetivo de este centro formativo empresarial era y es hacer reflexionar sobre los objetivos personales y el progreso realizado y desbloquear todo el potencial de los futuros profesionales formados.
La filosofía que mueve desde entonces esta iniciativa –y que debe hacerlo también en cualquier otra- es el poder transformador de la educación.
La táctica es muy sencilla: simplificar conceptos complejos, haciéndolos fácilmente accesibles y comprensibles en campos como los motores de combustión interna, la electricidad y la electrónica, la hidráulica, la electrónica de potencia o las habilidades de los técnicos comerciales.
TVH entendió además, desde el primer momento, que esta oferta debería ser universal y accesible. Por ello la formación de TVH University se ofrece se a través de diferentes configuraciones, ya sea capacitación presencial en el aula en TVH o en un lugar determinado; un paquete digital (e-learning + sesiones virtuales en vivo); breves sesiones prácticas; o e-learning independientes.
Además, los cursos están disponibles en inglés, holandés, francés, alemán y español, y los e-learning independientes están disponibles en inglés, holandés, francés, alemán, español, italiano y polaco.
Si duda el poder transformador de la educación que forma a futuros y mejores profesionales desde la empresa, es una herramienta de enorme valor social y empresarial que, en todo caso, no debe hacer olvidar a los Gobiernos su responsabilidad. Formar es el mejor camino, porque con la formación las sociedades son indudablemente mejores y se pueden enfrentar mejor a sus retos profesionales.
