Más de lo mismo o esto ya lo he oído yo antes y quizás varias veces. Este podría ser el resumen de muchos paneles, ponencias y mesas redondas, que acompañan hoy en día a las convocatorias feriales. Y eso produce tedio. Mucho.
Aunque pueda parecerlo, esa recurrencia no desmerece principalmente a quien aporta esos conocimientos. El problema es de reiteración. De falta de atractivo. Y por tanto de asistentes, que empiezan a brillar por su ausencia. Un bien preciado y escaso. Time is money . Y hay que rentabilizarlo.
El quid de la cuestión tiene dos patas. Por un lado, inflación de contenidos. Cada día y cada hora de los que dure la feria, hay congreso, presentaciones, ponencias, mesas redondas y cualquier otro formato para contar y compartir conocimientos. Difícil ser original.
Por otro, hay falta imaginación o de visión del sector que se trate por parte de quien planifica esos congresos y sus agendas.
Incluso hay ocasiones en las que las propias organizaciones feriales se hacen la competencia a sí mismas, encargando a otros una parte de esos contenidos que, inevitablemente, por mor de esa inflación, coinciden con los que organiza motu propio el equipo ferial. Un galimatías sin fundamento.
Así, hemos entrado en un bucle en el que los que saben (y pueden y quieren hacerlo) dan vueltas a la misma perdiz constantemente. Es lo que hay. Cada semana, cada mes (incluso cada año) no hay tanta novedad estratégica, transversal o sectorial de la que hablar. Y si la hay, no hay tiempo de prepararla para la recompensa que se ofrece.
Siempre, exceptuando las novedades comerciales, productos o servicios, claro. Esas que –parece- son las que menos queremos escuchar, a pesar de que hablamos de entornos profesionales donde todos tratamos de vender y/o comprar. Paradójico.
Finalmente, en otras ocasiones, lo que sucede es que los ponentes y “gurús”, guardan celosamente sus mejores aportaciones para escenarios donde son contratados y su caché recompensado.
Pero también hay otro escenario en el que quienes hablan sí son los responsables de ese tedio. Son esos que han descubierto que tienen altavoz y púlpito con una sola fórmula magistral (bien contada, eso sí) y la repiten una y otra vez: “y dos huevos duros” que declamaría Groucho Marx.
Hace falta una seria renovación en este ámbito. De cantidad, calidad y novedad. Y ya.
Afortunadamente, en el sector logístico, obligadamente dinámico, hay suficientes novedades para que eso suceda. Por favor. Manos a la obra.
Ricardo j Hernández
Tengo que confesar que ¡¡¡ me duelen hasta las pestañas, pero estoy feliz, muy feliz!!…
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