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Repensando las cadenas de suministro

Según la Real Academia Española,  en su primera acepción, el término comercio se define como la “compraventa o intercambio de bienes y servicios”.

El hombre ha comerciado desde los tiempos más remotos, no solo en su entorno más cercano, sino que ha viajado más allá buscando nuevos productos, nuevos mercados, en suma, nuevas oportunidades. Ya en la Grecia clásica, Aristóteles (384–322 a.C.) describió la  razón de ser del comercio como el intercambio de lo que a cada uno le sobraba para conseguir lo que a cada uno faltaba (Schwartz, 2001). Los nuevos descubrimiento geográficos, fueron incorporando regiones y continentes al comercio y este fue ganando relevancia en la economía mundial.

El desarrollo de las economías nacionales, de las tecnologías de información y los medios de transporte ha facilitado el crecimiento del comercio internacional de manera que, cada vez, un mayor número de empresas saltan sus fronteras nacionales para comprar y vender productos o servicios en cualquier parte del mundo.

A mediados del pasado siglo, como puede verse en la figura 1, el comercio internacional movía del orden de 62.000 millones de USD.  Como se aprecia, es a partir de 1975, cuando comienza un crecimiento muy rápido de las transacciones internacionales, alcanzándose un máximo de casi 19,5 billones de USD en 2018.

Figura 1. Exportaciones mundiales de bienes (excluidos servicios) entre 1950 y 2019. (Sabanoglu, 2021)

Por otra parte, es de destacar que, en el año 2018, la República Popular China (RPC) se convirtió en el mayor exportador del mundo sobrepasando a Estados Unidos (World Trade Organization, 2019) y en 2019 esta tendencia se consolidó tal y como podemos ver en la figura 2.

Figura 2. Principales países exportadores en 2019. Cifras en miles de millones de USD (Szmigiera, 2021)

Además del incremento en volumen, es de destacar el cambio de paradigma en cuanto al tipo de producto exportado por China. Así, aunque muchos asocian todavía las exportaciones chinas con artículos de bajo valor añadido, la realidad es que la RPC se convirtió durante el año 2019 en el primer exportador mundial de equipos de telecomunicaciones, ordenadores,  ofimática, teléfonos móviles y semiconductores, siendo los EEUU el primer receptor de las exportaciones chinas (The Observatory of Economic Complexity, 2020).

Estas cifras permiten objetivar el tamaño y la complejidad de las Cadenas de Suministro que se han diseñado para gestionar estos flujos.

Las cadenas de suministro diseñadas durante el despegue chino se basan en una concepción geoestratégica y económica que tienen como referente los últimos años de pasado siglo XX. En el año 1989 cae el muro de Berlín y en 1991 se disuelve la Unión Soviética. Los Estados Unidos quedan como única gran potencia mundial asegurando la estabilidad global con pequeños polos de inestabilidad en Corea del Norte y Venezuela, potencia petrolera que, tras ganar Chávez las elecciones en 1998, caía bajo la órbita cubana.

La estabilidad internacional se rompe con los atentados del 11 de septiembre de 2001, la posterior invasión de Irak en 2003 y el fortalecimiento de los movimientos terroristas islamistas, Estado Islámico y al Qaeda, entre otros,  que enfrentan a chiíes y sunníes en el Medio Oriente, con Irán como principal actor en la región enfrentado a las monarquías petroleras del golfo pérsico y gran antagonista de Israel, la única democracia de la región. A pesar de estos factores de inestabilidad geopolítica, como podemos comprobar en la figura 3, el crecimiento económico mundial se acelera extraordinariamente a partir del año 2002 y pasa de 34.7 billones USD en  2002 a 75,17 billones en 2012. Es decir, el PIB mundial más que se duplica en 10 años para alcanzar 87,7 billones en 2019.

Figura 3. PIB mundial en billones USD a valor actual. (The World Bank, 2021)

Este enriquecimiento mundial va acompañado de un proceso de relocalización de la producción industrial en países con bajo coste de mano de obra cuyo primer exponente ha sido la RPC como podemos comprobar en la figura 4.  

Figura 4. PIB de la República Popular China en billones USD a valor actual (The World Bank, 2021).

Esta relocalización de la actividad productiva da lugar a la reconfiguración de las Cadenas de Suministro, alargándolas y haciéndolas más complejas.  Europa importa cada vez más productos y de más valor añadido desde China, Vietnam, India y Tailandia.

La RPC asume en estos últimos años  la posición de potencia mundial, antagonista global de los EEUU, modernizando sus fuerzas armadas y tensionando sus relaciones con Taiwan y Filipinas en el Mar de la China Meridional, invirtiendo ingentes cantidades de dinero en África, intercambiando infraestructuras por recursos naturales, principalmente minerales y petróleo. Incluso en Suramérica se está haciendo presente a través de los gobiernos de izquierdas para contrapesar la tradicional influencia norteamericana en el continente. El siguiente paso ha sido el uso de grandes corporaciones chinas dedicadas a las telecomunicaciones para introducir su tecnología en un campo tan estratégico como las redes europeas 5G para copar este mercado frente a otras tecnologías tanto norteamericanas como europeas. Téngase en cuenta que el 5G permitirá el despliegue masivo del IoT y la siguiente generación de comunicaciones móviles. Es de destacar que, a mediados del pasado año,  la RPC poseía más del 15% de la deuda externa norteamericana,  tan solo detrás de Japón (Amadeo, 2021) .

Hasta hace algo más de un año, las cadenas de suministro funcionaban a toda máquina manteniendo el modelo. Las expectativas económicas eran inmejorables: el petróleo cotizaba a precios razonables (ver figura 5) tras los picos de los años 2011 a 2014 y los enfrentamientos puntuales entre la administración Trump y la china se encauzaban sin pasar a mayores.

Figura 5. Evolución anual del precio medio del crudo OPEP (Díaz, 2021)

Sin embargo,  a comienzos del 2020 se desata la COVID-19 y, por primera vez desde la gripe del año 1918 que causó la muerte a 50 millones de personas en todo el mundo (Centers for Desease Control and Prevention, 2018), la humanidad se enfrenta a una pandemia que, a día 4 de abril de 2021, ha producido 2,9 millones de muertos en todo el planeta (Johns Hopkins Coronavirus Resource Center, 2021).

El gobierno chino decreta el cierre total de la nación, el confinamiento doméstico y el cierre de los centros productivos de manera que quedan interrumpidos los flujos desde la  primera suministradora mundial de manufacturas.

Las cadenas de suministro se detienen y muchos países se ven forzados a reconvertir sus estructuras industriales para fabricar respiradores, mascarillas, batas y monos, pantallas protectoras y otros EPI imprescindibles para el personal sanitario así como geles desinfectantes.  Incluso algún estado recurre a la piratería institucional secuestrando envíos aéreos de materiales sanitarios con destino a terceros países.

El comercio mundial se ve gravemente afectado y solo se mantiene en pie el transporte urgente por vía aérea de material sanitario. Durante semanas y meses, los fabricantes de automóviles sufren escasez de componentes y circuitos electrónicos fabricados en el lejano oriente a causa de los cierres de las fábricas y el parque de contenedores marítimos, sin circuitos de retorno a China queda descompensado de manera que se produce escasez de contenedores vacíos en los puertos de origen y los precios de los fletes crecen exponencialmente.

Cuando parece que poco a poco las cadenas de suministro van retornando a una cierta normalidad,  un mega porta contendores llamado Ever Given con 20.388 contendores a bordo,  procedente de China y con destino Rotterdam, bloquea durante varios días el Canal de Suez, provocando retrasos la congestión del canal y el consecuente atasco posterior en los puertos europeos (CdeComunicación Logística, 2021)  

No mencionamos por conocido en Brexit y su impacto en las cadenas de suministro con eslabones en ambas orillas del Canal de la Mancha.

Todos estos factores nos invitan a repensar nuestras cadenas de suministro basadas en la deslocalización de los centros productivos buscando mano de obra barata. Un entorno económico y geopolítico estable invitaba a minimizar los riesgos inherentes a ese modelo productivo en favor de la rentabilidad a corto plazo. Sin embargo, hemos comprobado en nuestras propias carnes que son muy frágiles y están muy expuestas a influencias externas de diversa naturaleza que pueden ponerlas en peligro e, incluso, interrumpirlas.

No se trata, sin embargo, de proponer políticas autárquicas que carecen de todo sentido económico, social y político sino de definir un modelo que conjugue las ventajas del suministro cercano en cuanto a inmediatez y flexibilidad con las del suministro basado en centros de producción sitos en otros continentes. Se hace necesaria, por tanto, una cierta reindustrialización de los países occidentales que limite la exposición de estos a las decisiones y actos de terceros.

Me temo que, pasado el susto, siga primando el corto plazo. ¿Comparten ustedes mis temores, queridos lectores?

Ver comentarios

  • Hola Juan Jose. Fui alumna tuya del EAE en 2016.
    Comparto tus miedos al 100% pero tengo una pregunta, hasta cuando esperamos tener esta situación? Me refiero en concreto a la falta de conté errores en China. Esperamos que se alargue hasta el largo plazo tanto como para mover alguna localización industrial a occidente?
    Parece que las empresas no nos animamos puesto que la “esperanza” a que todo vuelva a la normalidad es la order del día.. aunque los números nos digan lo contrario... gracias, Maria Clavijo

  • Estimado Ale.
    Me alegro de que le haya gustado el artículo. La situación que hemos vivido durante este último año ha sido una llamada de atención para que revisemos el foco de nuestras decisiones y demos un componente más estratégico a las mismas.
    Como bien comenta, será una tarea difícil. No es cuestión de desanimarse. Nos va mucho en el envite.
    Un abrazo.

  • Estimado Juan Manuel.
    Coincido con su diagnóstico. Sin embargo sí hay opciones de cambio y este artículo es mi modesta contribución. Cada uno de nosotros tenemos la capacidad de tomar decisiones en el camino correcto. Gota a gota se consigue un océano.
    Ánimo y un abrazo. Cuídese!!

  • Magnífico post, Juan José.
    La pandemia ha servido para cuestionarnos muchos paradigmas. Pensando en Europa, me temo que va a costar mucho salir de ese estado de molicie en el que llevamos tres décadas y que nos está llevando a la irrelevancia en el mundo globalizado. Espero que todavía estemos a tiempo para reaccionar, porque requiere un impulso y una voluntad de cambio que no sé si tenemos.
    Saludos.

  • Juan José, muy rico su artículo "Repensando las cadenas de suministro", veremos que pasa, industria por industria, pero seguro que algún aprendizaje quedará.
    Generalizar como siempre puede ser un error, todos aprendimos, veremos las pulseadas con los criterios económicos en las decisiones.

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