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Código de barras Código QR
EL código QR es la evolución del código de barras.

El código de barras cumple 50 años acompañado del QR

Por C de Comunicación
“El enorme protagonismo del código de barras, que es con mucha diferencia el medio de identificación más importante, se debe a su sencillez de uso", afirma Oliver Pütz-Gerbig, de Leuzer.

El 3 de abril de 1973, los directivos de las principales empresas de la industria y distribución alimentaria en Estados Unidos se reunieron para escoger el símbolo que serviría para identificar los productos en las tiendas. El diseño ganador constaba de barras de diferentes grosores y un número identificativo, que aportaba información sobre los artículos mediante la lectura con un escáner.

Así nació el código de barras, una innovación valorada por la BBC como “uno de los 50 inventos que han creado la economía contemporánea” y que hoy está más vigente que nunca: el código de barras está presente en 1.000 millones de productos de todo el mundo, se escanea más de 6.000 millones de veces al día y lo utilizan más de dos millones de empresas.

El código de barras cambió para siempre la forma en que compramos. Gracias a los estándares globales de GS1 -gestionados en España por AECOC GS1-Spain un simple escaneo conecta un producto físico con información digital que transcurre a lo largo de toda la cadena de suministro.

Desde su origen hasta los puntos de venta, el código de barras -y la información que contiene permite la creación de cadenas de suministro más seguras y transparentes.

Su uso minimiza hasta en un 80% los errores en catálogo y reduce en un 60% los recursos  destinados al intercambio al intercambio de información entre empresas. En el canal online, incrementa hasta un 20% las ratios de conversión y ayuda a aumentar las ventas digitales hasta un 10%, según los casos de estudio analizados por GS1.

La evolución hacia los QR

50 años después de su creación, las nuevas generaciones de códigos de barras -como los QR de dos dimensiones- traen nuevas transformaciones en el comercio y en la forma en la que consumimos.

Los nuevos códigos disponen de una capacidad de almacenamiento de información fiable sin precedentes y disponible para las empresas, legisladores, consumidores y pacientes del ámbito sanitario.

Su escaneo cuenta la “historia” detrás de cada producto: de dónde viene, si contiene alérgenos, si es orgánico, cómo debe reciclarse, cuál es su huella de carbono… Este nuevo nivel de transparencia habilitará a los ciudadanos a tomar decisiones de compra con mucha más información.

A dos dimensiones

A finales de 2020, GS1 lanzó una iniciativa global para activar la transición del código de barras tradicional a las nuevas generaciones.

Actualmente, más de 20 países han iniciado sus proyectos piloto. En España, el uso de los códigos de barras de dos dimensiones ya ha mostrado su capacidad para mejorar cuestiones estratégicas como la identificación única de artículos en tiempo real, incrementar los parámetros de seguridad alimentaria o reducir el desperdicio alimentario, entre otras cuestiones.

“Durante 50 años hemos visto cómo el código de barras ha transformado la economía y la vida de los propios consumidores. Las empresas necesitan más datos para ser más eficientes y lograr ser más sostenibles, y el código de barras es un gran instrumento para hacerlo”,

Pere Rosell, director de GS1 Spain / AECOC

¿RFID o código de barras?

Oliver Pütz-Gerbig, Product Center Ident & Vision en Leuze Electronic GmbH, explica que “dos tecnologías de identificación, RFID y código de barras, están compitiendo por el favor de los usuarios con la promesa de desempeñar un papel decisivo que haga realidad la automatización de la producción transparente y la cadena de suministro con el fin de cumplir los requisitos de la Industria 4.0”.

¿Pero qué tecnología es la adecuada en la actualidad?

Oliver Pütz-Gerbig afirma que “el enorme protagonismo del código de barras, que es con mucha diferencia el medio de identificación más importante, se debe a su sencillez de uso“.

Ello se debe a que es una etiqueta impresa, a su coste extremadamente bajo, pero tiene sus límites: para ser leído necesita una línea de visión directa. Además, una vez impreso el código de barras, el contenido de los datos, es decir, la información codificada, ya no se puede cambiar.

Es aquí cuando entra en escena RFID. Esta tecnología fue desarrollada para hacer todo aquello que puede hacer el código de barras pero mucho mejor, y junto con otras ventajas convincentes lo ha ido superando de manera lenta pero segura.

Tras muchos años de mejoras técnicas y la larga experiencia acumulada en innumerables proyectos piloto en diferentes sectores y aplicaciones, la RFID ha evolucionado hasta convertirse en una tecnología de identificación consolidada y fiable que puede aprovechar sus ventajas respecto al código de barras ya que las condiciones de la aplicación han sido analizadas minuciosamente y se han efectuado cálculos precisos de coste-beneficio.

Diferencias entre RFID y código de barras

En opinión de Oliver Pütz-Gerbig, “dado que una etiqueta RFID integra un circuito electrónico formado por una estructura de antena metálica y un microchip de silicio, el código de barras siempre tendrá la ventaja de tratarse de una tecnología con un menor coste de fabricación. Especialmente en el caso de aplicaciones de gran volumen con soportes de datos de un solo uso, a menudo resulta muy difícil justificar el uso de etiquetas RFID desde el punto de vista del coste”.

“La elección entre RFID o código de barras no es inmediata. En la actualidad tenemos la suerte de optar por la tecnología que mejor se adapte a cada aplicación. Ambos sistemas han alcanzado la madurez tecnológica necesaria para ello”.

Oliver Pütz-Gerbig, Product Center Ident & Vision de Leuze Electronic GmbH
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