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Así mejora Yale la ergonomía de sus productos para las operaciones en condiciones difíciles

Por Cristina Sánchez

Las cámaras frigoríficas son una parte vital de la cadena logística, aunque sus rigurosas condiciones ponen a los equipos de manutención bajo una presión extrema. Así lo confirman desde Yale Materials Handling, que puntualiza que para asegurar una alta productividad y la realización de las entregas con puntualidad, es necesario contar con soluciones específicas a medida para preparar el equipo para ambientes de temperatura controlada.

En esta línea, la marca destaca que la ergonomía y el confort del operario son elementos centrales en su filosofía de diseño, y por ello, la Serie MR de carretillas retráctiles y en las carretillas para Pasillos Muy Estrechos (VNA) de Yale se ofrecen equipamientos y funcionalidades tales como cabinas cerradas con calefacción con doble acristalamiento y aislamiento de doble capa con un espacio de trabajo cálido y confortable.

“Nuestros clientes nos dicen que sus operarios trabajan mejor cuando se sienten confortables. Manteniendo a los operarios en un entorno cálido – en especial en la industria de alimentos y bebidas, en las que predominan las cámaras frigoríficas – se mantiene la cadena logística en marcha. Nuestras carretillas retráctiles y nuestras carretillas VNA se pueden equipar con una cabina totalmente aislada con calefacción, dependiendo de las preferencias particulares del cliente”, explica Gianbattista Scaramuzza, Senior Product Strategy Manager para Warehouse Equipment en Yale.

“Las paredes de doble capa con aislamiento de espuma inyectada conservan el calor dentro de los confines de la cabina, manteniendo el frío fuera, mientras que un sofisticado sistema de circulación de aire mantiene un entorno confortable. El calefactor tiene cinco ajustes que pueden ser seleccionados por el operario para elegir su temperatura óptima, apagándose automáticamente el sistema cuando se alcanza la temperatura máxima, con el fin de reducir el consumo de energía. El cerramiento de la cabina también se puede equipar con pisos calefactados”, añade Gianbattista. 

También se ha prestado especial atención a otros detalles. Según destacan desde Yale, por razones de confort y seguridad, los operarios suelen llevar puesta ropa voluminosa y guantes cuando tienen que trabajar en cámaras frigoríficas. Para adaptarse a esta particularidad, las puertas de las carretillas están diseñadas para que puedan abrirse y cerrarse fácilmente, tienen un amplio escalón situado a una altura que es la más baja de la industria y “cuentan con un fácil acceso con el soporte de las manijas de agarre integrado”.

Asimismo, la marca asegura que otro elemento esencial que no se debe comprometer, es la visibilidad. Se pueden equipar ventanas de doble acristalamiento con vidrio calefactado para evitar su empañamiento, y el sistema de circulación de aire mantiene la cabina despejada de vaho y condensación. El conductor puede incluso comunicarse con las personas que trabajen a su alrededor utilizando un intercomunicador, no siendo así necesario abrir y cerrar continuamente la puerta de la cabina y arriesgarse a la formación de condensación debida al aire frío.

A pesar de diseñar todas estas mejoras, pueden dares problemas o incidencias durante una carga en situaciones adversas. Y en esta línea, Gianbattista explica que “cuando el operario sale de la cámara frigorífica, se forma condensación en la carretilla a medida que se aclimata a la temperatura ambiente. Desafortunadamente, esta condensación puede desplazarse por los mazos de cableado hasta las conexiones eléctricas, congelándose y expandiéndose cuando la carretilla elevadora vuelva a la cámara frigorífica. El daño que se causa cuando se encuentra una situación de este tipo da lugar a que el equipo quede fuera de servicio, con la potencial reducción abrupta en la productividad mientras se repara o sustituye”.

Para ayudar a evitar la filtración de agua, se pueden equipar conectores eléctricos de sellado doble en las carretillas que trabajen en entornos de almacenamiento en frío, garantizando que los conectores y componentes sean capaces de soportar la transición entre temperaturas. También se debe considerar una protección adicional para las piezas móviles.

Así, Gianbattista explica que “las temperaturas bajo cero pueden tener un efecto especialmente adverso, lo cual, a su vez, afecta a la productividad”. Destacando que para contrarrestarlo, “hemos desarrollado una lubricación hidráulica que puede aguantar en condiciones de temperaturas de hasta -30°C sin comprometer el rendimiento de la carretilla. También hay disponible a través de nuestro equipo de Specialist Engineering toda una gama de soluciones para requisitos específicos, por ejemplo, entornos a temperaturas por debajo de -30°C o aplicaciones en las que los equipos se utilizan continuamente dentro de una cámara frigorífica”.

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