La semana pasada ha sido una de esas en las que aflora el orgullo de pertenencia. En este caso a la logística. Esa es una característica humana. Casi tribal. Y se manifiesta cuando los que pertenecen a un grupo, comúnmente informal, se reconocen en un ámbito y momento concretos. Dos ejemplos: la “semana de la logística” de abril pasado; y el SIL y todo lo que conlleva a su alrededor estos últimos días.
Es importante ese orgullo de pertenencia porque fortalece al grupo y, de alguna forma, destila hacia afuera y atrae a otros. Y en el sector logístico eso es especialmente importante.
Hablaba en un corrillo con otros profesionales el martes pasado en Barcelona. Les expresaba mi punto de vista sobre este sector, tan atractivo desde dentro, como desconocido desde fuera. Y lo que no se conoce difícilmente se convierte en objetivo profesional y laboral. Ahí está la clave.
Resulta muy difícil definir la logística como lo pueda ser la medicina o la arquitectura. Y eso conduce –pese al comercio electrónico y la pandemia- a la opacidad. Desde fuera son pocos los que saben que “se cuece” aquí dentro. Hay que atraerles, llevarles de la mano. Explicarles. Rasgar un pesado telón que, sin embargo, no es un muro.
Aquí dentro sucede lo contrario. Si ya has cruzado ese Rubicón del desconocimiento y empiezas a vivir la logística en cualquiera de sus facetas, amigo mío estarás atrapado… seguramente para siempre. Y desde ese momento, pertenecerás.
La Nit de la logística 2023 y el gran orgullo de pertenencia
Quizás la muestra más evidente y cercana de esa pertenencia tribal, haya sido la entrega de las 43 medallas que el Salón Internacional de la Logística de Barcelona ha otorgado. A profesionales logísticos de toda índole. Lo ha hecho a la trayectoria. A la contribución. Y también al apoyo al SIL cuando cumple 25 años.
Había singularidad y emoción –que cada cual siente a su manera- en el reconocimiento de esos valores y en la recepción del galardón por parte del Jefe del Estado. Sin duda. Pero también había complicidad. Sonrisas y miradas. Apretones de manos y otros afectos. Todos con un mismo mensaje: yo también pertenezco con orgullo a este sector.
Agradecimiento personal
En lo personal, quisiera agradecer a los dirigentes y responsables del SIL, el haberme hecho co-partícipe de este reconocimiento público, que ha aflorado como pocas veces mi orgullo de pertenencia y, me atrevo a suponer, que el de los demás.
Gracias