He donado una tienda de campaña para los damnificados del terremoto de Turquía. Es una gran tienda, sobre todo por los buenos ratos que me ha hecho vivir. Con mi familia. En vacaciones. Pero ahora tocaba un destino mejor.
No, no soy un ejemplo. Soy un privilegiado. Aquí no hay terremotos, prácticamente. Tengo un techo, abrigo en invierno, comida, agua que sale del grifo. Pero a menos de una décima parte de la circunferencia de la Tierra en línea recta, hacia el este, hay gente que lo ha perdido todo. Muchos, la vida. Cuando escribo estas líneas al menos 40.000. Cuesta asumirlo.
Por eso hay que hacer cosas. Moverse. Y somos un país solidario. Organizaciones españolas de primera línea en esas catástrofes ya están o han estado allí. Muchos ya han vuelto. Cruz Roja, Protección Civil, UME, Médicos y Bomberos Sin Fronteras, Ejército… Pero también se han movilizado otras ONGs, clubes deportivos, asociaciones civiles, religiosas, comunidades, colectivos, particulares. Recogen donaciones: ropa de abrigo de adulto y niño; productos de higiene menstrual; artículos de acampada (sacos, tiendas, esterillas); alimentos no perecederos; productos para bebes (pañales, leche infantil); baterías portátiles para móviles…
Se trata de llevar hasta allí lo que hace falta para los supervivientes. Casi todo. Y ahora. Y eso es logística. Una de sus máximas: en el lugar oportuno y en el momento justo (lo de al menor coste, ahora no toca).
Tras la catástrofe, logística
Y no se engañen, que las horas –ahora ya contadas en días pasados- que ya dejan casi ninguna esperanza de encontrar supervivientes bajo los escombros, no son un final. Ahora es el principio de una senda muy larga para miles y miles de “afortunados”. Los que viven.
Son muchos, casi 400.000. Y les falta de todo. Cobijo: estamos en invierno y es muy crudo en el este de Turquía y norte de Siria. Hay que montar rápidamente campamentos de tiendas de campaña mientras no haya otro refugio. Y eso es logística.
Hay que organizar servicios médicos y levantar hospitales de campaña. Como lo han hecho un grupo de voluntarios de la Agencia de Cooperación Internacional Española en menos de 24 horas. Y eso, también es logística.
Hay que hacer llegar recursos y personas que los gestionen, ropa, comida, mantas… como lo han hecho los miembros del ejército español embarcados en buques de la Armada. Llegaron al maltrecho puerto turco de Alejandreta en el portaaeronaves “Juan Carlos I”, el buque anfibio “Galicia”, la fragata “Blas de Lezo” y el buque de aprovisionamiento “Cantabria”. Personal, recursos, vehículos y medios aéreos. Logística en su máxima expresión. No en vano, la inventó el ejército.
Y también lo es estar allí, justo allí y en ese momento, bajo los escombros. Día y noche. Con equipos móviles e iluminación circunstancial de urgencia. Desescombrando con sumo cuidado. Escuchando los lamentos cada vez más apagados que movían a la esperanza, ya muy poca. Dejando, también, que los perros entrenados hagan su labor.
Ambulancias, vehículos todo terreno y excavadoras. Es ahora o ahora para heridos y rescatados. Y será ahora y después para los que se han salvado de la catástrofe. Ropa, abrigo, comida, techo, calor, ayuda sanitaria, cuidado para los más vulnerables, hasta juguetes para los más pequeños. El juego es un bálsamo. Y eso, es logística.
Solidaridad
Somos un país solidario. Lo repito. Y donando somos buenos y rápidos. Ya lo hemos demostrado. Y también somos buenos haciendo llegar lo que haga falta allí donde se necesita. Y eso es logística.
Pero no nos olvidemos enseguida. Ellos, turcos y sirios, no tienen nada que perder. Casi nada si están vivos. Y lo necesitan todo.
En mi empresa, Laura ha tomado el testigo. Gracias por empujarnos para hacer ese poquito.