Inicio / Opinión / Prohibida la pasión por la logística

Prohibida la pasión por la logística

He leído hace unos días la publicación en Linkedin de un emprendedor, al que han prohibido seguir desarrollando su pasión por la logística.

La historia que cuenta brevemente –y que ha tenido muchos lectores y comentarios- es bastante común. Enganchado por este sector, el empresario puso en marcha una compañía de servicios logísticos acompañada por el éxito, no sin un enorme esfuerzo. Ese éxito hizo crecer aquella idea que, cada vez exigía más y más de su fundador e ideólogo. Nada nuevo.

Pero como también sucede a veces, la persona llamó la atención del empresario y le hizo preguntarse ¿para qué tanto esfuerzo y tanto sacrificio? Él confiesa, abiertamente, que esa dedicación prácticamente exclusiva a su proyecto, puso en peligro su vida personal, su familia y su matrimonio.

 Y como otros tantos –no demasiados, es cierto- esa reflexión le hizo frenar en seco. Puso su empresa en venta, encontró comprador y dejó atrás su empresa logística.

He dado bastantes pistas, pero no quiero mencionar su nombre. No se trata de personalizar. Su historia es solo un ejemplo que me resulta oportuno, cercano y real.

La condición: prohibida la pasión por logística

La venta de todos los activos de su compañía y eso que siempre se ha llamado fondo de comercio, recogida en un contrato, llevaba la condición de apartarle del sector durante una década. Algo también habitual… pero absolutamente injusto.

Entiendo las prácticas contractuales; los blindajes a fichajes y operaciones; las condiciones que impone la compra venta de bienes o empresas. El comprador invierte buscando recuperar lo pagado y un beneficio ulterior. También rápido. Todo va muy deprisa.

Nuestro sector –que tiene muchos apasionados y unos pocos que lo consideran poco atractivo- lleva demasiado tiempo reclamando ideas para luchar contra la sangría de la falta de retención de talento. Y de pasión por la logística, añado.  Seguro que sucede también en otros.

Así que, no puede calificarse más que de contrasentido –y enorme “error del sistema”– que ocurran situaciones como la de este empresario. Aunque sean legales y de recibo. Ni tampoco que por razones de “fin de proyecto”, de “ciclo” o de edad, quien no quiera abandonar este sector –u otro- deba hacerlo, llevándose consigo lo único que es irrepetible. Lo más potente.

Habrán leído, como yo, las sorprendentes capacidades de Chat GPT-3. Un sistema de inteligencia artificial que compite –ya no es una pretensión- con el ser humano. Es capaz de responder a cualquier cosa, mantener conversaciones y desarrollar textos. Y hacerlo bien. Imaginen mi profesión y entenderán lo que puede suponer.

Lo que no tiene ChatGPT-3 es pasión, fe, alma, rebeldía, atrevimiento, intuición, opinión… Eso –por ahora- es territorio humano.

Los que se van, voluntariamente o no, se llevan todo eso, que es lo que diferencia a unas empresas de otras. A unos proyectos de otros. Incluso si hay pasión, la voluntariedad es solo aparente. Algo de rompe.

Necesitamos pasión por lo que hacemos. Sobre todo pasión ¿no les parece?    

Subscribirme
Notificar
guest
1 Comentario
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Carmelo Garrido
Carmelo Garrido
30/01/2023 12:18

La pasión por lo que haces es el combustible que nos permite alcanzar las metas y los objetivos, pero no sin esfuerzo, y al mismo tiempo disfrutar con lo que haces.

Más noticias sobre...

Ir arriba