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El Platanito y la Estrategia Logística

Blas Romero, más conocido como “El Platanito” fue en los años sesenta del siglo XX una figura mediática del toreo -más mediática y burlona, que figura-, que tras triunfar como novillero y tomar la alternativa se pasó su mala vida torerista pidiendo una oportunidad.

Eso es lo que ahora reclama la logística. Una oportunidad. Ahora que el escaso tejido industrial que nos queda y la construcción, los motores tradicionales, se han venido literalmente abajo. La logística -y con ella los modos de transporte, sobre todo el marítimo y el ferroviario- pide ahora paso para abaratar y hacer más eficaces las cadenas de suministro y, también, como generadora de oportunidades económicas, dadas las características geoestratégicas de España.

Nada de esto es nuevo. Nada se ha descubierto ahora. Quizás el mérito de Fomento haya sido agarrarse al clavo ardiendo de la crisis para reinventar la rueda, haciendo partícipes a todos los implicados y estructurando esos valores logísticos en lo que se ha dado en llamar La Estrategia Logística de España, un documento de 226 páginas ahora en fase de consulta con el sector y las Comunidades Autónomas.

Ese plan estratégico recoge tres objetivos básicos: reforzar el sector logístico español potenciando el papel de España como puerta de entrada, centro de tratamiento y distribución de las mercancías intercontinentales dentro de Europa; promover la integración logística y la potenciación de los modos de transporte más sostenibles, en especial el transporte ferroviario y el transporte marítimo de corta distancia; y mejorar la eficiencia en el uso de los modos de transporte de mercancías, individualmente y en el marco de una integración de los distintos modos, mediante una red intermodal.

Nada que objetar en el fondo, aunque representantes del sector y sus colectivos y CC.AA. estén aportando enmiendas y modificaciones en el detalle. Pero el verdadero mérito de este grandilocuente Plan -el papel lo aguanta todo- estará, si acaso (no puedo evitar mi pesimismo después de oír lo mismo una y otra vez) en su aplicación y concreción, en escuchar a todos pero no hacer caso a todos porque es imposible, en plantear un calendario realista, y en algunas cuestiones coger, de verdad, al toro por los cuernos: definir una red de puertos de interés general mucho menor a los 46 actuales, determinar qué se puede hacer con los recursos actuales, cómo y hacia dónde crecer en tráficos de mercancías por ferrocarril, atraer con servicios y costes atractivos más flujos marítimos, aprobar las 44t pata todo el territorio nacional…y tomar decisiones que a algunos, o a muchos, no agraden, pero que serán necesarias. Es decir ni el “buenismo” de Zapatero, ni la inoperancia de Rajoy. Ya me entienden.

La Estrategia Logística es una oportunidad para hacer las cosas bien y a la primera. Tomemos nota de otras oportunidades recientemente perdidas y de una “ligereza” aplicada cuando no tocaba. Ya se sabe, aquí el que intenta pasar a la historia frívolamente -tome nota Sra. Pastor– tomando un “relaxing cup of café con leche in the Plaza Mayor”, puede también reclamar su oportunidad, pero será como la que pedía una y otra vez El Platanito, más para mover a la hilaridad que para ser aplaudido por hacer una buena “faena”.

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