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Correos, la semana de la margarita y la competitividad

Por Ricardo J. Hernández

Para ir abriendo boca a los festejos navideños, hemos transitado a principios de diciembre de 2011 por “la semana de la margarita”: trabajo, no trabajo, trabajo, no trabajo, trabajo…una auténtica barbaridad para la productividad con la que está cayendo, que ni siquiera ha satisfecho al sector turístico.

En esas mismas fechas, en concreto el 7 de diciembre, poníamos en el servicio de Correos nuestro número de noviembre-diciembre. Hechas todas las salvedades, entendidos todos los imponderables y descontadas todas las excepcionalidades, en el plazo de dos o tres días laborables debería haber estado concluida la distribución de un medio impreso como este, tarea logística, por otro lado, de lo más elemental. Pero no.

El servicio postal en España, Correos, es uno de esos entes para los que no se ha escrito las palabras compromiso, cumplimiento, ni satisfacción del cliente. Desde un punto de vista contractual, el prestatario –Correos- se compromete ante el usuario –usted o yo- a prestar un servicio, el postal, a cambio de un justiprecio, franqueo, en el momento que se realiza este, que en el caso de este servicio es, siempre, por adelantado. Sin embargo, no existe ni seguimiento de ese servicio (los envíos postales pueden ¡perderse!), ni reclamación que valga ante la pérdida, ni reconocimiento de falta, ni compensación alguna. El servicio puede prestarse o no. Y hacerse en dos, diez, veinte días o…Y mientras eso ocurre aquí, desde hace décadas otros servicios postales europeos han aprovechado su capilaridad, infraestructuras y recursos históricos para montar empresa logísticas ejemplares.

Aunque nos creamos partícipes de una economía libre de mercado, estamos en manos de monopolios de facto: el de los servicios postales, el de las redes y operadoras de telefonía, el de los programas e infraestructuras en la Red, el del hardware informático,…Compramos en los mismos grandes almacenes, llenamos la cesta de la compra en las mismas grandes superficies, leemos los mismo libros…las alternativas decrecen y los monopolios se agigantan. Tomemos nota.

Por cierto, eliminados todos los días festivos o no laborables, contando únicamente ocho horas efectivas por jornada de trabajo, algunos de nuestros ejemplares han viajado, en España, de origen a destino, a la endiablada velocidad de ¡5,5 km/hora!

Mariano Rajoy ha incorporado al Ministerio de Economía el término COMPETITIVIDAD. Mucho queda por hacer.

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