En los últimos años, Supply Chain -área que gestiona un producto o servicio desde que se planifica hasta que se consume- se ha posicionado, sin duda, como el corazón y área trasversal clave de las empresas de cualquier sector. Representado con el enfoque adecuado se convierte en una auténtica ventaja competitiva para aquellas empresas que se están adaptando, a gran velocidad, a los nuevos modelos de negocio capaces de integrar, necesariamente, procesos, tecnología, medios técnicos y personas con los nuevos modelos de relación empresa–cliente basados en el compromiso en la entrega de calidad, con los modelos laborales ajustados a la productividad o introduciendo herramientas empresariales como el outsourcing. Todo ello, para seguir creando valor a sus procesos.
En línea con esto, hoy las empresas, en su mayoría, están decidiendo firmemente situar al cliente en el centro, lo que requiere, transformar todos sus procesos para orientaros hacia sus clientes y, en todo este cambio, Supply Chain adopta un papel claramente protagonista.
Situar al cliente en el centro de la visión y estrategia de las empresas, requiere una exigencia máxima ante un entorno cambiante, en plena transformación cultural y empresarial. Por estos motivos, el área de Supply Chain de cualquier empresa, dada la traza e interrelación de sus múltiples procesos que “habitan en ella”, necesita reinventarse de manera ágil y de forma continua para generar empresas más competitivas, capaces de asegurar toda la trazabilidad desde el producto o servicio planificado y finalizado en origen, hasta su entrega.
Ante este nuevo ecosistema, Supply Chain necesita un aliado que le permita adaptarse y transformase en todos los procesos, con la solvencia que solo puede aportar la tecnología y, en concreto, las denominadas tecnologías habilitadoras o facilitadoras del cambio digital en las empresas.
Por suerte, en Supply Chain, las tecnologías habilitadoras ya están aquí y han venido para quedarse, en un área que las necesita más que nunca, para continuar dando respuesta a los nuevos modelos de negocio que sitúan al cliente en el centro de todo.
Tecnologías habilitadoras
Pero, ¿cuáles son las tecnologías habilitadoras? Estas tecnologías son IoT (Internet of Things), Big Data, realidad aumentada, realidad virtual, realidad mixta, tecnología Aditiva, robotización, automatización, inteligencia artificial, ciberseguridad; y, todas, ellas, pueden aportar valor a los procesos de Supply Chain.
Dado el enfoque estratégico e importancia reconocida de Supply Chain, para introducir estas tecnologías en los procesos, las empresas deberían tener una adecuada visión digital estratégica de su negocio, un gran conocimiento de sus procesos, una clara orientación hacia sus empleados y clientes; y, conocer, en profundidad el alcance de todas las tecnologías habilitadoras. Si las empresas carecen de algunas de estas características, pueden poner en riesgo sus procesos de transformación.
En mi experiencia, en el sector del outsourcing y como actor en determinados procesos clave de Supply Chain, para dar sentido a las tecnologías habilitadoras, en mi opinión, es necesario pasar por un proceso que suponga pasar de un PoC, prueba de concepto y término reconocido por todos los actores de la transformación digital, a lo que denomino y acuño, personalmente, como DoC, que significa desarrollo del concepto, fase que representa el inicio en producción de la tecnología analizada y valorada previamente.
Dentro del outsourcing, como herramienta de múltiples procesos de Supply Chain, las tecnologías habilitadoras representan el motor generador de valor de diferentes procesos relacionados, por ejemplo, con la movilidad, con la geolocalización, con la localización de productos en espacios indoor, con la incorporación de la realidad aumentada para mejorar procesos formativos o procesos vinculados a la prevención de riesgos, o PoC que incorporan la automatización o la inteligencia artificial para crear valor.
El PoC, bien definido en alcance, tiempo y coste, una vez valorado su efecto “wow” e idoneidad, debe convertirse, ágilmente, en un DoC.
Así, el área de Supply Chain, dispondrá de las herramientas tecnológicas necesarias, previamente, probadas, analizadas y valoradas, para seguir situando al cliente en el centro y aportando valor a sus procesos vía optimización, costes, productividad o mejora de la experiencia del cliente.
En definitiva, Supply Chain necesita hoy de una estrategia, talento, tecnologías y profesionales digitales, generadores de valor, para seguir alineados con los modelos de negocio en continua evolución; y, por ello, todos los profesionales que formamos, de alguna forma, parte de Supply Chain tenemos la responsabilidad de definir, probar, valorar y agilizar los PoC para que se conviertan en DoC. Todo un reto. Toda una oportunidad.