De momento se anuncia que las partes se sentarán a negociar
Ana Pastor, la ministra de Fomento, la de la Estrategia Logística, y la más viajera del gabinete Rajoy, no ha dudado ni un momento y apenas tres días después del anuncio de posible paralización de las obras del Canal de Panamá por parte de Sacyr y de plantearse el consiguiente conflicto con la autoridades de aquel país, ha cruzado el Atlántico y ya se ha entrevistado con el presidente Panameño, Ricardo Martinelli. De inmediato se anuncia que las partes se sentarán a negociar, aunque por el momento las posturas parecen muy lejanas.
Las particulares y singulares características de la obra, el hecho de realizarse por una UTE liderada por la empresa española (junto a otras tres italiana, belga y panameña, respectivamente), lo que de nuevo pone en jaque a la Marca España, y los intereses y acuerdos en materia portuaria y de logística entre España y Panamá, han sido suficientes motivos para el viaje relámpago de la ministra.
Además, toda la comunidad internacional de transporte por vía marítima tiene puestos lo ojos en el conflicto por las obras de ampliación del Canal (por el que pasa el 5 por 100 del comercio marítimo mundial), alrededor de la cual ya se vienen realizando fuertes inversiones en puertos de escala (en la costa sur de Estados Unidos por ejemplo) o en construcción de los buques portacontenedores (hasta 13.000 TEUs) que podrá acoger el nuevo paso del istmo centroamericano.
De las noticias que se han ido produciendo las últimas horas a este respecto, además de la mesa negociadora Sacyr-Gobierno panameño y de la reunión de Pastor con la Autoridad del Canal, llama a la atención que se niegue que el Gobierno de España vaya a realizar aportación económica alguna, cuando se trata de un contrato privado que nada tendría que ver con el Gobierno español.