La logística inversa debe ser facilitadora de la Economía Circular. Este es el mensaje que daba título a la jornada celebrada en Barcelona y organizada por Barcelona Centre Logistic Catalunya (BCL) y el Institut d’Economia de Barcelona (IEB) en la que se dieron a conocer varios modelos de negocio de logística inversa como la logística de última milla, todos basados en la llamada Economía Circular.
En concreto en la mesa redonda que cerraba el evento, dedicada a la distribución del último tramo de la cadena de suministros, sus participantes afirmaron que es necesario disponer de un mayor número “de micro hubs urbanos” para dar respuesta sobre todo al incremento de las operaciones de comercio electrónico y que “en las ciudades existen espacios que podrían reconvertirse para realizar esas actividades logísticas”.
Jaime Ferrer, coordinador del proyecto “Economía Circular España”, fue el encargado de moderar este panel en el que participaron también Pere Roca, de Geever; Galo de Reyna, de Iflastmile; Beatriz Olabarría, de CBRE; y Aarón Morera, de Correos.
Un actor necesario en este escenario es la Administración, que debería favorecer y contribuir a esos cambios necesarios, partiendo de la base que la actividad logística genera en ocasiones inconvenientes, como los ruidos que, sin embargo, pueden resolverse. Por lo que respecta a los espacios fuera de la ciudad, Beatriz Olabarría mencionó que “también nos encontramos con barreras, porque la Administración no favorece la creación de suelo logístico, a pesar de tratarse de una actividad que genera puestos de trabajo”.
“Atacar la congestión de las ciudades”
Poniendo el foco en la logística inversa y los retornos de las compras online, Galo de Reyna afirmó que “para optimizar las devoluciones en este segmento es imprescindible incorporar nuevas tecnologías” y que en su caso son “la primera milla de algo que se devuelve”.
Pere Roca incidió en la imperiosa necesidad de “atacar la congestión en las ciudades”. Para ello –dijo- “hay que implementar medidas sostenibles a nivel medioambiental, y, también, a nivel social y en la movilidad de las personas”, añadiendo que las tecnologías pueden ser “impulsoras de técnicas predictivas, pero, a la vez, pueden generar restricciones en otras áreas”.
Por su parte, Aarón Morera definió a la logística inversa en el ecommerce como “una modalidad totalmente diferente”, en la que los usuarios juegan un papel fundamental porque, en definitiva, “los consumidores ya somos una barrera a la sostenibilidad logística”. Si el comprador online es más equitativo y consciente de lo que implica devolver productos, “la logística inversa podrá ser más eficiente y sostenible”, contando con el apoyo de los operadores que invierten en soluciones de transporte y reparto más ecológicas.
La jornada había iniciado con unas palabras de bienvenida de Pere Navarro, delegado especial del Estado en el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona, y con las intervenciones de Montserrat Ballarín, regidora de Comercio, Mercados, Consumo, Régimen Interior y Hacienda del Ayuntamiento de Barcelona; Santiago Bassols, director general de BCL y Martí Parellada, presidente del IEB. Todos ellos aportaron la visión que tienen sobre cómo pueden desarrollarse acciones colaborativas en materia de Economía Circular.
