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Precio y demanda de materias primas en Europa

Por Ricardo J. Hernández
El precio de las materias primas ha seguido una tendencia constante al alza en los últimos años, debido principalmente a la coyuntura geopolítica y sanitaria mundial.

Las medidas sanitarias para contener la pandemia de la COVID-19 provocaron en 2020 una fuerte contracción económica que derivó, ya entonces, en un aumento desorbitado del precio de las materias primas

Cuando los efectos de la pandemia comenzaban a diluirse para dejar paso a una nueva realidad económica y comercial, la política internacional dio un vuelco con la guerra entre Ucrania y Rusia. Este conflicto se deja notar de numerosas maneras, pero, tal vez, la más visible y penetrante en la vida cotidiana de la población a nivel mundial es el aumento generalizado de los precios.

Si bien no es el único conflicto bélico activo en la actualidad, la guerra ruso-ucraniana tiene una gran influencia en la economía mundial, ya que ambos países ocupan un lugar importante en el suministro de numerosas materias primas esenciales, como pueden ser combustibles fósiles, algunos metales o productos agrícolas. Asimismo, este conflicto no ha hecho más que agravar la tendencia al alza en los precios de la electricidad, iniciada en 2021, que se traducen en un aumento generalizado de los costes de producción y, por ende, de los costes de consumo final.

¿Qué materias primas han experimentado un aumento más significativo entre 2020 y 2022?

Materia prima Precio 2019 Precio 2020 Precio 2021 Precio  2022
Petróleo 61,24  67,24  77,72  97,66 
Cobre 2,7020 3,0765 4,3125 3,4757
Aluminio 1.761,50 1.739,75 2.849,75 2.312,00
Hierro 107,60 120,19 121,23 100,43
Precios en dólares

Podría decirse que el petróleo es una de las materias primas que ha experimentado una subida más significativa. Con una subida del 106 por 100, el petróleo ha sufrido una constante al alza, desde un coste por barril de 67,24 $ en septiembre de 2020, pasó a costar 77,72 $ en 2021, hasta alcanzar, a día 14 de septiembre de 2022, el precio de 97,66 $ por barril. En comparación con las cifras de 2019 (61,24 en octubre), la subida es cada vez más pronunciada, con una tendencia constante al alza.

En segundo lugar cabe mencionar el cobre, cuyo precio también se ha disparado considerablemente en comparación con el mismo periodo de años anteriores. En 2019, el precio del cobre se situaba en un promedio de 2,7020 $. En el mismo periodo de 2020 aumentó a 3,0765 para volver a dispararse en 2021 hasta los 4,3125 $. No obstante, parece que este septiembre de 2022 la tendencia creciente se corta, y, tras unos meses de bajada, se sitúa en 3,4757 $.

En tercer lugar se sitúa el aluminio, que ha experimentado un gran aumento de precio en los últimos años, llegando este casi a duplicarse, desde los 1.761,50 $ que costaba en septiembre de 2019, hasta llegar, en el mismo periodo de tiempo, a 1.739,75 en 2020 y 2.849,75 en 2021, para situarse este mes de septiembre de 2022 en 2.312,00 $ tras unos meses de bajada.

Por último, cabe mencionar el hierro, que ha pasado de un coste de 120,19 $ en octubre de 2020, a 121,23 en el mismo periodo de 2021, hasta situarse en un precio medio de 100,43 $ en este mes de septiembre de 2022, también tras varios meses de bajada consecutiva.

Evolución de la demanda de materias primas en Europa entre 2020 y 2021

En marzo de 2020, como consecuencia de la incertidumbre provocada por la pandemia, el comercio sufrió un frenazo y con ello, se produjo una importante caída del 21,52 por 100 en la demanda de materias primas. No obstante, la esperanza que trajeron consigo las vacunas ayudó a remontar esta debacle, produciéndose un rebote, aumentando la demanda un 10,7 por 100.

Esta demanda ha seguido creciendo, hasta un punto que no puede ser satisfecha por la oferta actual, lo que está generando numerosos problemas de abastecimiento.

Ante esta situación, los expertos recomiendan a las empresas que elaboren un plan de adaptación a esta nueva coyuntura, como, por ejemplo, realizar planificaciones a más largo plazo con los proveedores o diversificar el origen de las materias primas adquiridas para evitar un colapso de la cadena  productiva.

Si bien estas prácticas no  solucionarán el problema, afectado por numerosos factores, si pueden minimizar los efectos negativos que esta escasez de materias primas actual, junto con el aumento de precios, pueda tener sobre las empresas.

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