Yogures, champú, pañales, productos de limpieza o cuidado personal. Nada se escapa a la nueva realidad que están afrontando las cadenas de suministro globales que, como apuntan compañías como Danone, Procter & Gamble y Ericson, comienza a tener su reflejo en la cartera de los consumidores.
Las compras de pánico al comienzo de la pandemia llevaron a una escasez masiva de cientos de productos, desde el famoso papel higiénico hasta los alimentos envasados. Los bloqueos globales y la escasez de mano de obra obstaculizaron el movimiento de la cadena de suministro y provocaron atascos que, a día de hoy, se mantienen en numerosos puertos desde China a Estados Unidos.
A raíz de ello, muchas empresas se han apoyado en los aumentos de los precios para compensar el encarecimiento de las materias primas para la fabricación de sus productos e incluso el envío de artículos de primera necesidad, como pañales.
En esta línea, ejecutivos y analistas han dicho que los aumentos de precios se prolongarán hasta el próximo año.
Presión inflacionaria
Procter & Gamble, que notó que sus márgenes operativos del primer trimestre se redujeron, ahora espera un impacto de alrededor de 2.300 millones en gastos este año fiscal, en comparación con un pronóstico anterior de alrededor de 1.900 millones.
La compañía culpa a los mayores costes de las materias primas, así como a los precios del diésel y la energía, y dijo que no espera que esos problemas se alivien pronto.
Danone, que vende el yogur Activia y agua embotellada Evian, advirtió sobre las crecientes presiones inflacionarias el próximo año después de apegarse a su perspectiva para 2021 el martes, prometiendo que sus márgenes operativos estarán protegidos por aumentos de productividad y aumentos de precios.
Por su parte, Ericsson dijo a los inversores el martes que los problemas de la cadena de suministro global seguirán siendo un obstáculo importante.
