La crisis de la cadena de suministro, desatada en gran parte por la pandemia, infligirá un daño duradero sobre la globalización impulsada por las multinacionales. Así lo ha advertido un alto ejecutivo de UPS, adelantando que los cambios bruscos en la demanda, una industria aeronáutica maltrecha y las interrupciones en el transporte marítimo mundial han creado una de las crisis más severas en años.
Como resultado, según Scott Price, presidente de UPS International, el caos logístico dejará una “cicatriz permanente” en el tejido económico, donde minoristas y fabricantes siguen avanzando hacia la regionalización de sus cadenas de suministro.
Pocas opciones
Con una flota de más de 500 aviones que prestan servicios en 220 países, la posición de UPS como una de las empresas de logística más grandes del mundo le ofrece un punto de vista excepcional sobre las tensiones.
Sobre esta base, Price ha hecho un balance del tráfico de mercancías, adelantando que las estimaciones de la industria sugieren, por ejemplo, que los viajes aéreos tardarán hasta 2025 en recuperarse por completo.
La regionalización de la cadena de suministro, por tanto, sigue viéndose impulsada y asentada por estas tendencias, donde las empresas siguen “sorprendiéndose de las pocas alternativas que existen” para movilizar sus productos, afirma Price.
Del mismo modo, el ejecutivo espera que las fábricas de Asia, que históricamente han producido bienes para los países occidentales, comiencen a centrarse en los mercados más cercanos.
