Suiza, Gran Bretaña e Italia han pasado a encabezar el ranking de incidencias en sus envíos ecommerce. Sin embargo, y a pesar de no entrar en el podio, España no se queda lejos, ocupando el cuarto lugar en esta lista, donde destacan Andalucía, Cataluña y Valencia como las regiones donde han aumentado considerablemente el número de envíos que registran algún tipo de problema.
Si bien el ecommerce ha conseguido eliminar fronteras, permitiendo a los usuarios adquirir productos de empresas ubicadas en la otra punta del planeta, lo cierto es que esta realidad sigue suponiendo un reto a nivel logístico, tanto para los ecommerce como para los transportistas.
Así ha quedado reflejado en los últimos datos publicados por la tecnológica Qapla, que apuntan que, para el primero de estos dos implicados, resulta especialmente complejo cuando se debe recurrir a más de un transportista para un mismo envío, afrontando otros desafíos como que, de media, los envíos internacionales sean más caros y haya más obstáculos que superar, como por ejemplo las aduanas.
Por su parte, el consumidor que ha efectuado un pedido internacional, desconoce qué compañía le entregará su producto, ya que al ir cambiando éste de manos, se generan diferentes códigos de tracking que dificultan su seguimiento.
¿Qué pasa con el ecommerce en España?
Tras situar a estas tres provincias en el Top 3 de incidencias, la firma ha apuntado que las principales causas de consulta de los españoles sobre sus pedidos ecommerce son: comprobar qué transportista se está encargando del envío; saber dónde se encuentra el paquete en tiempo real: a qué país ha llegado y entender en qué estado se encuentra, es decir: enviado, en preparación, en entrega, etc.
Para Raquel Llorente, Country Manager de Qapla en España, la llegada del COVID-19 ha sido un tsunami acelerador para los ecommerce, pero también en la logística. Así, los que “estaban acostumbrados a hacer las cosas ‘como toda la vida’ se han visto en esta ola sin automatizaciones que les permitan optimizar tiempos y recursos”.
Sin embargo, según la directiva, también se ha podido ver cómo “algunos han surfeado el tsunami con la posibilidad de poder cambiar rápidamente de un transportista a otro en caso de problemas de bloqueos geográficos y sobrecargos de trabajo de algunos operadores.”