El principal negociador del Brexit de la Unión Europea ha anunciado “acciones legales inminentes” por la decisión del Reino Unido de extender, unilateralmente, los periodos de gracia en los controles fronterizos del mar de Irlanda para los servicios de paquetería y productos agroalimentarios.
El Gobierno británico ha vuelto a tensar la cuerda con la Unión Europea tras ‘violar’ el acuerdo comercial alcanzado tras el Brexit, mediante el cual se pretendía evitar una frontera dura entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
Para sortear la frontera física, la alineación regulatoria obligaba, entre otras cosas, a que los productos que cruzaran el mar de Irlanda tendía que cumplir con los requisitos necesarios para entrar en el mercado interior. Para ello se estableció un periodo de gracia, a fin de evitar un shock en las industrias, que debía expirar el próximo 1 de abril.
Sin embargo, sin tener en cuenta a la Unión Europea, Reino Unido ha cambiado las condiciones del acuerdo aduanero, extendiendo el periodo de gracia hasta octubre de 2021.
La respuesta de Europa
El vicepresidente de Relaciones Interinstitucionales y Prospectiva de la Comisión Europea, Maros Sefcovic, ha expresado “la gran preocupación de la Unión Europea por la acción unilateral del Reino unido, ya que esto equivale a una violación de las disposiciones del Protocolo de Irlanda y la obligación de buena fe”.
El representante de la Unión Europea señaló que “esta es la segunda vez que el gobierno de Reino Unido está dispuesto a violar el derecho internacional”.
La importancia del control aduanero
A pesar de la oposición de las autoridades norirlandesas y el gobierno británico, la Unión Europea insistirá por la vía legal para el cumplimiento de las fechas inicialmente establecidas, alegando que los controles en el mar de Irlanda son los estrictamente necesarios para evitar un “agujero” en el mercado interior, que permitiría que productos que no cumplen con todas las normas del mismo puedan circular libremente.
Así, una vez en Irlanda del Norte, y si los agentes de aduanas británicos no aplican los controles, esos bienes pueden viajar a Dublín sin ninguna restricción ni control, y de ahí a cualquier punto de la Unión Europea.
De esta forma, en cualquier supermercado europeo podría haber productos que no cumplieran con los mismos estándares que se exigen en base a las normativas sanitarias de la comunidad económica.