La escasez de contenedores se ha convertido en uno de los mayores disruptores de la cadena de suministro durante el 2020.
El tradicional desequilibrio del comercio de Asia con Europa y Estados Unidos, caracterizado por un flujo de mercancías procedente de China muy superior al recibido por parte de otros países, ha empeorado, haciendo que una gran cantidad de los tan ansiados contenedores para el transporte marítimo se quede en las costas norteamericanas a la espera de darles una salida económicamente rentable.
Transportistas, importadores y responsables de logística han apuntado a un drástico aumento en los precios de los fletes, refrendado en España por organizaciones como la Federación Española de Transitarios que, ya a finales de septiembre, hacía saltar la voz de alarma con respecto a la situación que se estaba viviendo el comercio internacional.
Así, las tasas que se imponen de China a Europa comenzaron a aumentar a partir de junio de 2020, reflejando un crecimiento exponencial a partir de septiembre y alcanzando su mayor pico ahora, en diciembre, cuando el precio de envío de un contenedor de 40 pies, la versión estándar, llega a triplicar e incluso cuadruplicar el coste de hace un año, señalan los expertos.
Pero, ¿por qué ahora? ¿Qué ha cambiado en el mercado para que se produzcan estas subidas? ¿Cómo se relacionan con la escasez de contendores?
Debido al rápido aumento de la demanda después de meses de viajes en blanco – causados por el COVID-19-, la disponibilidad de contenedores en toda China se encuentra actualmente en solo 0.05 puntos CAx, en comparación con los 0.63 durante el mismo período del año pasado. En resumen, estamos ante un déficit considerable.
Así, mientras China ha reducido el consumo de productos americanos, Estados Unidos sigue comprando a Pekín, haciendo que los contenedores se trasladen hasta el norte del continente sin volver, ya que no es rentable realizar retornos en vacío.
Aunque los contenedores son muy necesarios, siguen pasando en promedio 45 días vacíos en depósitos según un proyecto de investigación de Fraunhofer CML y Container xChange. Especialmente en las regiones con baja disponibilidad de contenedores, como China y Estados Unidos, el promedio es comparativamente alto, con 61 y 66 días, respecto a la media mundial.
Como diría en su momento Rodrigo Rato, ex-vicepresidente de Bankia, “¿Esto es un saqueo? No, es el mercado, amigo”. Y es que por más injusta que parezca la situación para los comercios cuya actividad depende de los flujos de materias primas y productos con China, lo cierto es que estos cambios no son más que una respuesta a la ley de oferta y demanda, unido a factores cruciales como la irrupción de la pandemia.
Evidentemente, la dinámica entre estos dos gigantes tiene su reflejo en el resto del mercado internacional. Sin embargo, todo indica que pasarán varios meses antes de que se restablezca el equilibrio. Con el rápido crecimiento de los retrasos en los exportadores y el comienzo del Año Nuevo chino que ejerce más presión sobre la capacidad, parece improbable que la situación vuelva a algún nivel de normalidad hasta finales del primer trimestre de 2021.