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¿Hombre o máquina? Un punto de vista logístico de la realidad productiva

Por Patricia González

Todas las empresas se enfrentan al creciente desafío de utilizar los recursos de una manera optimizada, rentable y sostenible para sobrevivir en mercados dinámicos. A raíz de ello, y especialmente en contextos logísticos, surge una cuestión: ¿hombre o máquina?

La logística de producción de carretillas elevadoras, que utiliza sistemas automáticos de trenes de remolque, es un claro ejemplo de cómo uno no excluye al otro.

Entre los expertos europeos y alemanes, el concepto de sistema de tren de remolque ha sido sinónimo de procesos lean e intralogística sincronizada desde el cambio de milenio. Su funcionamiento se remonta al origen de la producción de la industria láctea y se utilizó para suministrar productos alimenticios en los EE. UU. en 1960.

Igual que el lechero hacía su ronda todas las mañanas, intercambiando botellas vacías por otras llenas, las plantas de producción reciben materiales de manera oportuna, en función de sus necesidades y mediante el apoyo de trenes de remolque.

El concepto de tren de remolque es un desarrollo posterior de esta idea. El uso de trolleys que se empujan en bastidores remolcados por un tren de remolque permite un suministro rápido y flexible en toda la línea de producción, justo a tiempo o justo en la secuencia. La interacción perfecta entre el trolley y el marco es esencial para el éxito.

Además del suministro y la retirada eficiente y fiable de los materiales del proceso, las empresas también se benefician de una mayor productividad, optimización de costes e individualización de la producción. De igual forma, el suministro sincronizado cíclico dentro de una ruta constante garantiza la seguridad, un tráfico interno más fluido y unas condiciones de trabajo ergonómicas.

Hombre y máquina en interacción ergonómica

Un personal cualificado, sano y motivado es uno de los recursos más importantes de las empresas de éxito, incluso en la era de la automatización. El ejemplo del sistema de trenes de remolque automatizados muestra claramente que la automatización no es sinónimo de economizar puestos de trabajo.

Sin duda, la automatización es un instrumento empresarial capaz de contrarrestar desafíos como la escasez de personal especializado, el aumento de los costes salariales y una alta presión para lograr flexibilidad, pero es más que eso.

También significa hacer el mejor uso posible de los recursos tecnológicos y humanos y aprovechar las sinergias. Cuando las máquinas inteligentes garantizan la seguridad, unos procesos fiables y asumen el trabajo físicamente pesado y repetitivo, la productividad y la eficiencia aumentan. Al mismo tiempo, los empleados se benefician de unas mejores condiciones de trabajo, una salud protegida y una mayor libertad para realizar tareas creativas y responsables gracias a la automatización.

Por ejemplo, un solo empleado puede asumir la responsabilidad logística de una línea de producción completa en lugar de ocuparse de un único paso en la cadena de producción.

Ante este panorama, jugadores históricos del panorama intralogístico han querido dar respuesta a lo largo de su trayectoria a esta doble faceta de la producción, como STILL, cuyo Lift Runner ha pasado a ser un punto de referencia para los sistemas de trenes de remolque hasta la actualidad y base del desarrollo posterior en los últimos 10 años.

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