Distribuidores, fabricantes y operadores logísticos vislumbran un futuro común. El nuevo paradigma del gran consumo parece dirigir a todo el sector hacia dos consecuencias a corto plazo: la reconfiguración de la logística hacia un enfoque de proximidad y la consolidación de la digitalización de documentos.
La explosión del ecommerce y los servicios a domicilio, experimentada por el sector logístico durante los primeros meses de pandemia, ha dado la vuelta a la forma de consumir de los españoles. En línea con esta nueva realidad, 7 de cada 10 empresas considera que los establecimientos físicos verán disminuidas sus compras en la ‘nueva normalidad’.
De hecho, en la misma proporción, los operadores consideran que esta situación supone una oportunidad para construir una cadena logística más digital, ágil y flexible.
Esta es una de las principales conclusiones extraídas entre las 74 empresas, responsables de cerca del 80 por ciento del movimiento de mercancías de gran consumo, encuestadas en el informe ‘Perspectivas para la logística en gran consumo en el nuevo entorno post COVID’, presentado por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC).
La respuesta de la logística ante los cambios en el consumo
Echando la vista atrás, el 86,4 por 100 de las empresas indica que los cambios de hábitos de los consumidores y la resultante volatilidad de la demanda durante las primeras semanas de la crisis fue el mayor reto al que se tuvieron que enfrentar al inicio del confinamiento.
Casi el 60 por ciento también apunta a la dificultad que hubo para aprovisionarse de EPIs, mientras que más del 40 por ciento de las empresas señala los problemas que generaba la incertidumbre a corto plazo y la caída en la rentabilidad de las operaciones.
“Estos factores, unidos a cuestiones como el incremento de los tiempos de espera en almacenes y centros logísticos, tuvieron un gran impacto en la eficiencia de los procesos logísticos, pero toda la cadena centró sus esfuerzos en garantizar el abastecimiento de la población confinada, dejando de lado cómo de rentables eran los movimientos”, indican desde la asociación.
En esta línea, el sector no prevé cambios en su capacidad de respuesta a la hora de garantizar el abastecimiento de las tiendas.
El coste detrás del cambio de paradigma
La productividad de las operaciones sigue siendo uno de los grandes retos en la desescalada, lo que, según la mayoría de los encuestados, tendrá como consecuencia un aumento de los costes logísticos.
Más de la mitad de fabricantes y operadores logísticos considera que los costes de almacenaje y manipulación subirán, en parte por el impacto que tienen las medidas de prevención que se aplican en la desescalada sobre la productividad.
En cuanto a los distribuidores, el 69,2 por ciento espera un aumento de los costes del transporte, especialmente a causa del incremento de los retornos en vacío en larga distancia y el aumento de las operaciones de última milla.