Aunque se trata de una crisis de salud pública, lo cierto es que la pandemia ha empezado a presentar al mundo desafíos económicos sin precedentes. El comercio ha disminuido drásticamente, las cadenas de suministro se han visto interrumpidas y las restricciones al transporte de mercancías transfronterizo comienzan a suponer un agravante al incipiente impacto económico.
Teniendo en mente la importancia de la cadena de suministro y el gradual levantamiento de las medidas de confinamiento, la Organización Mundial de Aduanas (OMA) y la Organización Internacional del Transporte (IRU) han realizado un llamamiento conjunto a las administraciones de aduanas de todo el mundo para:
- Asegurar las intervenciones transfronterizas coordinadas en cooperación con otros controles nacionales y aplicar normas internacionales como el convenio TIR, según proceda;
- Utilizar el sistema TIR y sus herramientas informáticas, siempre que sea posible, que permiten la seguridad en el transporte bajo control aduanero con controles físicos limitados y menos contacto entre las personas en las fronteras, reduciendo así el riesgo de propagación del virus y protegiendo a los agentes de aduanas y a los conductores;
- Designar vías prioritarias (verdes) para los vehículos comerciales a fin de reducir los tiempos de espera en las fronteras e introducir otras medidas para garantizar la continuidad de la cadena de suministro;
- Evitar el cierre de las fronteras al transporte internacional de mercancías, en particular para los bienes esenciales; y
- Evitar el control innecesario de los vehículos comerciales en las fronteras.