Grandes multinacionales como Amazon, Deliveroo, Uber, Cabify o el grupo Inditex, practican el nuevo modelo denominado como economía colaborativa por distintas vías, así como empresas españolas como Glovo o compañías pertenecientes al sector de telemarketing. Régimen de falsos autónomos en unos casos, donde los trabajadores tienen que pagar para poder optar a un puesto de trabajo, subrogaciones continuas entre distintas subcontratas en otros casos organizadas bajo una plataforma digital… etc. Un modelo que, bajo el paraguas de la llamada economía colaborativa, persigue “acabar de una vez por todas con los derechos de la clase trabajadora”.
Así lo declaran en un comunicado los representantes de CGT Madrid, que, el pasado viernes 14 de diciembre, convocaron una concentración en el centro de Madrid, particularmente en Sol, a las 18:00 horas, con la finalidad de protestar contra las “nuevas fórmulas de explotación laboral”, actos que, según declararon “tendrán continuidad durante 2019”.
También participaron en dicha concentración colectivos como Anticapitalistas, Abriendo Brecha o Riders por Derechos y otros, y se contó con intervenciones de trabajadores de empresas como Amazon, Deliveroo, Glovo, Zara y Lefties, de manera que la presencia de trabajadores dedicados a la logística, fue notable.
“Temporalidad salvaje, subcontratas descontroladas, ETT´s, falsos autónomos, jornadas maratonianas y sueldos de miseria son el pan de cada día en estas empresas de la nueva economía del siglo XXI. Condiciones tan inestables que hacen casi imposible que la gente se organice para luchar contra estos abusos constantes“, matizan desde CGT Madrid para poner en contexto la situación por la que se movilizan.
La intención era que esta convocatoria sirviera para que los empleados de empresas como las citadas, denunciasen “a viva voz”, y delante de la opinión pública “su difícil realidad laboral”. Un “mal” que afecta particularmente a la logística, desde arriba hasta abajo. Es decir, desde grandes compañías como Amazon, hasta la entrega de última milla o la distribución de comida a domicilio. De hecho, desde CGT destacaron que esta tendencia, que comienza en las grandes multinacionales, empieza a convertirse en un problema en el momento en el que “sirve de inspiración” a las pequeñas y medianas empresas, que “comienzan a adoptar de manera sistemática sus mismos principios y estrategias”.
