La idea de Shein de inaugurar un 'pop up' en el barrio más caro de Madrid no cumplió las expectativas que sus compradores se habían creado: largas colas, horas de espera y falta de stock en los productos
La tienda efímera (pop up) de la cadena de moda online Shein, en Madrid, resultó ser un fracaso que no contentó ni a los clientes ni a la compañía. El objetivo era acercar durante cuatro días en un local alquilado sus prendas.
Habitualmente todos sus productos se adquieren a través del canal online, pero se trataba de dar a conocer a los compradores su marca y que pudieran comprar ‘in situ’, físicamente. Sin embargo, la falta de organización, de previsión de la demanda y los problemas de inventario convirtieron la experiencia en caótica.
“Para satisfacer la demanda, hemos creado una cadena de suministro totalmente digital, que entrega productos a nuestros clientes en todo el mundo de manera fluida y rápida. Utilizamos un software propio para realizar un seguimiento de las ventas y comunicarnos con nuestras fábricas en tiempo real, para realizar pedidos en lotes pequeños”, afirman desde su página web.
“Nuestra cadena de suministro digital es el núcleo de nuestro modelo comercial y nos permite ofrecer una amplia gama de estilos de moda, sin generar un desperdicio excesivo de inventario o hacer que los clientes esperen semanas para que se completen sus pedidos”, dicen.
En esta ocasión la logística ha fallado. Y eso que ya habían probado con pop ups en París, Londres, Lisboa y Barcelona.