Primero fueron las mascarillas, luego los geles y más tarde el distanciamiento interpersonal. La salud de los transportistas ha pasado a convertirse en una de las principales preocupaciones de la cadena de distribución y, precisamente para preservar su funcionamiento, diversas compañías se han puesto manos a la obra en la labor de salvaguardarla en la ‘nueva normalidad’.
Hay partes de los automóviles que pueden albergar una cantidad inimaginable de virus y bacterias, como el volante de un camión, que puede estar hasta cuatro veces más contaminado que un baño público. Sin embargo, en estos tiempos es esencial mantenerse a salvo y tomar todas las medidas de higiene y precaución correspondientes para evitar el contagio y la propagación de COVID-19.
Es por eso que cada vez más empresas y marcas se unen a la propuesta de nuevas alternativas que ayudan a los conductores a desinfectar sus vehículos, como Istobal, una empresa valenciana de soluciones de lavado que ha convertido sus máquinas en arcos que descontaminan los vehículos de transporte de mercancías en menos de 15 segundos, así como equipos de protección personal.
Los arcos, de 2,8 metros de altura, están equipados con ocho rociadores que desinfectan más de 1.000 vehículos al día gracias a un biocida.
Higiene fuera y dentro de las cabinas
Sumado a la desinfección exterior, Istobal ha desarrollado nuevos prototipos para la higienización del interior de las cabinas. A través del uso de pulverizadores manuales, el producto se rocía sobre todas las superficies, pudiendo poner especial atención a las zonas de mayor contacto para el usuario como el volante, las manijas o el cambio de marchas.
El químico utilizado en estos pulverizadores ha sido aprobado por el Ministerio de Sanidad como producto efectivo contra el COVID-19.