Resulta difícil imaginar carreteras vacías, incluso una ciudad sin vehículos circulando por sus calles. Coches, furgonetas, camiones y otros tantos se han convertido en un elemento más del paisaje y, sin embargo, algo está a punto de cambiar.
El transporte es, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía, el sector más demandante de energía final y el mayor emisor de dióxido de carbono – por encima del 30 por ciento de las emisiones totales -.
Ahora, tomando cartas en el asunto, los expertos han querido responder a la cuestión: ‘¿Cómo podemos acelerar la transición hacia un transporte sostenible?’. Consciente del largo camino que queda por recorrer, Cuadernos de Logística, en estrecha colaboración con Ontruck, ha acogido en un evento virtual a diversos profesionales en una suerte de ‘llamada a la acción’ en la que empresas como IVECO, Leroy Merlin, AEDIVE y Capsa Food han dado a conocer los pasos dados y los retos a afrontar en este campo.
El concepto general está claro: encontrar el equilibrio entre la mejora de la economía y el aprovechamiento respetuoso de los recursos naturales. Estos elementos, resalta el director de energías alternativas de IVECO, José María Chamizo, “pueden parecer contrapuestos, pero imprescindibles para asegurar la viabilidad del transporte sostenible”, sobre todo si “queremos cumplir la máxima europea de convertirse en el primer continente verde”.
En la consecución de este objetivo todavía “queda mucho por hacer”, según apunta Arturo Pérez de Lucia, gerente de la Asociación Española de Movilidad Eléctrica, apuntando específicamente al transporte de mercancías en media y larga distancia. La responsabilidad, señala, “no solo debe recaer en las empresas, si no en las infraestructuras ajenas a los fabricantes”.
Un camino por recorrer
Retomando el primer punto de la reflexión de Pérez de Lucia, el responsable de logística de CAPSA FOOD, Roberto Rodríguez, ha recalcado tres puntos en los que las compañías logísticas y de transporte deben centrarse para “alcanzar una reducción de costes y una mejora del rendimiento en base a la sostenibilidad”: reducir el número de incidencias, cerrar flujos y reducir el número de kilómetros en vacío.
En este sentido, Pedro Menchén, responsable de procesos logísticos de Leroy Merlin también ha puesto en foco en tres ejes, en este caso dirigidos al sector de la distribución: el cambio climático, la economía circular y el consumo responsable. Así mismo, Menchén hace hincapié sobre la problemática de los retornos en vacío, asegurando que la renovación del parque automovilístico debe ir acompañado de un replanteamiento logístico.
Siguiendo esta línea, Muriel Moscardini, general manager de Ontruck en España, habla de la importancia de encontrar y desarrollar herramientas que hagan el transporte más eficiente y sostenible, como su compañía, que desde hace cuatro años “mueve más de 3.000 camiones y ha sido capaz de reducir las emisiones en un impacto similar a tres parques de El Retiro”.
En lo que respecta a las acciones que deben aplicarse, así como quién debe llevarlas a cabo para alcanzar el objetivo de la sostenibilidad en el transporte, Pérez de Lucia asegura que “todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad”, reforzando la premisa marcada por Moscardini, para la cual el “primer paso debe ser siempre la colaboración y la apertura de todos los actores a la flexibilidad y la optimización que permite la digitalización”.
Recogiendo el guante de sus contertulios, Rodríguez ha expresado la importancia de “ser capaces de monitorizar lo que cada una de las empresas hace, siendo conscientes de las ineficiencias de cada operativa para reducir el número de incidencias”.
A la necesidad de una regulación y unos objetivos coherentes por parte de las administraciones, Menchén ha sumado la imposibilidad de concebir una estrategia que no esté ligada al desafío medioambiental. Para las empresas, “la clave está en asumirlo e integrarlo, sin que ello signifique un coste elevado derivado del cambio”, apunta.
Contundentemente, Chamizo asegura que “el transporte va a ser cada vez más sostenible, queramos o no”, por lo que cada uno debe asumir sus retos que, en el caso de los fabricantes de vehículos, debe ser “ayudar a los conductores a reducir el consumo a través de su maquinaria, apoyando además el desarrollo de energías alternativas”.
Green logistics, la luz al final del túnel
Si bien ahora mismo “no podemos hablar de una logística verde”, señala Chamizo, “se están dando los pasos necesarios para su desarrollo”. Así, el gerente de AEDIVE explica con entusiasmo que “por primera vez, España llega a tiempo a una revolución”. Según Pérez de Lucia, “debemos salir de la zona de confort e impulsar la innovación, apostando, entre otras cosas, por el hidrógeno”.
En resumen, sí se puede. Como señala Moscardini “a corto plazo quizás no”, pero en el largo plazo mantiene lo que en sus palabras es “un sueño” posible.
El factor fundamental
En la carrera por implantar una movilidad sostenible, uno de los pasos más importantes es la “gestión proactiva de cada una de las iniciativas implantadas”, según Rodríguez. En línea con su planteamiento, Menchén ha apuntado a la tecnología como “factor fundamental” y a su vez, “como barrera”. “Estamos limitados físicamente por las capacidades máximas que permiten las herramientas y al mismo tiempo por la decisión de cada una de las empresas de implementarlas o no”.
No obstante, esta parece ser la solución a la que apuntan los expertos para resolver una de las cuestiones del transporte de mercancías que más pone en riesgo la sostenibilidad: los retornos en vacío. Para la representante de Ontruck, cada vez se consiguen optimizar mejor los volúmenes, como una “especie de juego de tetris”, gracias a la combinación de la colaboración y la digitalización.
En conclusión, y como apunta Menchén, “hay que atacar muchos frentes” aunque más allá de un camino alternativo que puede o no tomarse, se trata de “una cuestión de quiero o no quiero sobrevivir”, tal y como subraya Chamizo. Refrendado por sus contertulios, el encargado de la logística de Leroy Merlin ha cerrado el encuentro apelando a “dejar la inercia a un lado”, poniendo el foco en encontrar soluciones a problemas que hasta ahora no se habían planteado.