La naviera danesa ha informado a las autoridades gallegas de que, además del contenedor con 26 toneladas de pellets, el buque que operaban en aguas portuguesas perdió otros cuatro contenedores adicionales.
La embarcación ‘Toconao’, protagonista del reciente vertido de plásticos que afecta las costas gallegas y ha alcanzado puntos del Cantábrico, perdió un total de cinco contenedores durante su travesía. Maersk, la operadora del carguero con bandera de Liberia, informó a principios de esta semana a las autoridades españolas sobre las dimensiones del incidente, según fuentes de la Delegación del Gobierno en Galicia consultadas por EuropaPress.
Entre los contenedores extraviados, destaca el que transportaba más de 26 toneladas de pellets plásticos, distribuidos en 1.050 sacos de 25 kilogramos cada uno. Estos pellets, de aproximadamente 5 milímetros de tamaño, han invadido las costas gallegas y se han extendido hasta las playas de Asturias, generando una preocupante situación ambiental que recuerda a la del “Prestige”.
Los pellets perdidos por un buque llegan a Galicia y Asturias
Adicionalmente, los otros cuatro contenedores perdidos transportaban neumáticos, barras de aluminio y rollos de papel film, altamente contaminantes en el entorno marino. El incidente ocurrió el 8 de diciembre en aguas portuguesas, pero la información no saltó a los medios españoles hasta varias semanas más tarde.
La Unidad Especializada en Medio Ambiente de la Fiscalía General del Estado ha iniciado diligencias de investigación sobre esta situación, cuando a mediados varios residentes notificaron haber avistado estos elementos en la playa de Espiñeirido (A Coruña).
La llegada de estos plásticos se ha intensificado en las últimas semanas, afectando especialmente las playas del Barbanza y la ría de Muros y Noia. Recientemente la mercancía vertida habría llegado otros lugares de la costa gallega -como la costa da Morte, las rías Altas y la Mariña luguesa– e incluso a varias playas asturianas.
La situación sigue siendo objeto de seguimiento y evaluación por parte de las autoridades competentes, mientras la indignación de los gallegos se hace patente sobre todo en las redes sociales, donde acusan a las diferentes instituciones gubernamentales de no actuar en tiempo y forma.
