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Miguel Ángel Miguel, director general de Transformación de Mahou San Miguel
Miguel Ángel Miguel, director general de Transformación de Mahou San Miguel.
Miguel Ángel Miguel, director general de Transformación de Mahou San Miguel

“La logística es una ultra-maratón”

De logística, pero también de transformación, de personas, de estrategia o automatización, de colaboración y del sector y sus colectivos, hemos hablado en esta charla exclusiva

Cuando alguien que aún no sepa quién es, conozca a Miguel Ángel Miguel y su  desempeño como director general de Transformación de la compañía Mahou San Miguel, podría pensar, por obvias razones, que su nombre y el de su empresa están ligados por lazos familiares. No es así. En realidad es una casualidad, o si se prefiere “cosa del destino”, lo que le llevó hasta la cervecera española hace 14 años, a los que suma otros doce siempre dedicado al Gran Consumo en otras compañías.

Y aunque ahora su responsabilidad directa sea otra, hemos querido charlar en exclusiva con él porque su impronta logística le viene de lejos. Desde la Gran Distribución (Continente, Carrefour) a la alimentación (Savencia, antes Bongrain), donde ya ejerció funciones de dirección de logística y de cadena de suministros, viviendo grandes hitos de transformación sectorial pionera, como la oferta de libre servicio de frescos en las grandes superficies.

En Mahou San Miguel ha sido también, consecutivamente, director de logística y director general de servicios logísticos y distribución propia. Ahora, desde 2017 está a la cabeza de la transformación de la compañía en todos los ámbitos –algo que comenzó únicamente como transformación digital- como director general de un área que aúna la evolución necesaria para afrontar los retos que se presentan en materia de digitalización, de crecimiento, transformación cultural y de eficiencia, IT e innovación abierta. Y, claro, no puede olvidar la logística.

Al inicio de nuestra conversación sonríe –se diría que con evidente satisfacción- al contar qué es Mahou San Miguel. Y lo hace porque es obvio que comparte sus valores. Los de una compañía familiar –nos cuenta- que va por la séptima generación (su actual presidente es José Antonio Mahou); que es una empresa nacional 100%, nacida en 1890; que por ello tiene una visión a largo plazo; y una clara apuesta por la sostenibilidad “en el negocio y alrededor del negocio”, una transformación necesaria que “las empresas tenemos que liderar”.  

Por todo ello, dice Miguel Ángel Miguel, “somos una compañía de personas y para personas capaz de acometer las crisis sin atajos”, como ocurrió en la pandemia, cuando mantuvo a la  totalidad de su plantilla sin ERTEs, como con el apoyo que demostró hacia la hostelería, con más de 200 M€ invertidos para ayudar al canal y a sus clientes a retomar la actividad, cuando menos recursos generaba la Compañía con el arranque post-COVID.

“Nuestra cultura es hacer las cosas bien. Tenemos una rotación muy baja y más de 4.000 personas forman hoy el equipo de Mahou San Miguel. Impulsamos programas de desarrollo a las carreras profesionales y otros muchos beneficios para todos los trabajadores: flexibilidad horaria, trabajo híbrido, talleres de salud, programas de nutrición, de descanso, etc. Las personas están en el centro –enfatiza- y esto no es un eslogan `marquetiniano´.

Fruto de todo ello es que estamos entre las 10 compañías mejor posicionadas de MERCO [monitor empresarial de reputación corporativa]”, concluye explícito, hablando con orgullo de pertenencia.

¿Problemas de personal y talento?…

los hay, sí –dice- pero no son iguales en todos los eslabones de la cadena. En transporte, por ejemplo, son más acusados, con la falta de conductores. En este sentido todos [compañías] debemos evolucionar en términos de conciliación: hay puestos de trabajo que la gente ya no quiere desarrollar de la misma manera. Además hay que tener en cuenta que las cadenas de suministro son cada vez más relevantes.

También hay problemas en los almacenes, pero aquí, afortunadamente, las tecnologías ayudan a la necesaria evolución de las personas y sus cometidos”. También en ese foco puesto en las personas, “veo menos problemas en la gestión del valor añadido de las empresas.

Aquí hay un claro salto cualitativo en las cadenas de suministro y ya podemos apoyarnos en analíticas mucho más avanzadas y en datos transversales para tomar decisiones, planificar, evolucionar las maneras de trabajar”.

Aunque no oculta que existe un cierto “gap” en la consecución de esas capacidades, que en Mahou San Miguel intentan solventar con formación específica.

¿Y la logística, qué papel tiene en todo esto?


Aunque la responsabilidad actual de Miguel Ángel Miguel  no sea la logística, (sigue en contacto con ella mediante proyectos y algún foro) nos cuesta poco sacar al logístico que lleva dentro. “Para Mahou San Miguel –afirma- la logística en la última década ha adquirido la naturaleza de necesidad estratégica para poder llevar a término el negocio, pasando de algo más táctico a lo estratégico.

Para nosotros es clave por la volumetría que movemos. Y va a ser más grande por otras derivadas, la logística inversa [los envases retornables], la usabilidad del envase, la distribución urbana de mercancías y sus restricciones, su necesaria evolución, el acceso a mano de obra para reparto, tendencias omnicanal… Y todo en un entorno complejo –añade- donde es necesaria más colaboración entre los distintos actores, empresas cargadoras, operadores, distribuidores, administración, y más diálogo”.

“Aún así, hay proyectos que ya son realidad como la reciente puesta en marcha de una flota de reparto sostenible de micro camiones en Granada y en Madrid”

Como publicábamos en nuestro boletín electrónico diario hace unas semanas, Mahou San Miguel, a través de su distribuidor Voldis ha puesto en marcha un nuevo modelo logístico en esa capital andaluza, dotado con vehículos eléctricos de reducido tamaño para entregar producto a la hostelería en áreas de difícil acceso o tráfico restringido.

Se trata de un serviciopionero que supondrá un ahorro de 4.720 kg de emisiones de CO2 al año. Para ello se ha habilitado un hub urbano en el centro de producción de Cervezas Alhambra.

Precisamente, y hablando de sostenibilidad, queremos saber si, en opinión de Miguel Ángel Miguel y de la estrategia de Mahou San Miguel, la multiplicación de las ventas on-line y el consecuente crecimiento exponencial de la distribución urbana de mercancías, hacen de este escenario el gran reto, quizás el mayor, de la búsqueda de la sostenibilidad logística.


“Nuestro modelo en sí, no ha cambiado. Entregamos producto pero retiramos mucho envase retornable. Pero en determinadas ciudades se va a tender a evolucionarlos de manera relevante –responde- con mayor consolidación, mayor planificación de las entregas, buscando la sostenibilidad transversal, en toda la cadena. Y parte de este camino lo estamos haciendo al andar. Flotas, hubs urbanos, vehículos sostenibles, acuerdos entre administración y  empresas… Todos debemos buscar soluciones y creo que hay buena predisposición por todas las partes”.

“En Mahou lo tenemos claro.  Por eso no estamos quietos y a la vez estamos inquietos por responder a esas nuevas necesidades de cambio”.

¿Y respecto a la colaboración que indicaba antes? ¿Es posible compartir de verdad con otros actores, incluso competidores?


“La colaboración –explica- es necesaria, Todos en mayor o menor medida tenemos los mismos retos. Aunque no es fácil. La dimensión de la colaboración depende de muchos factores. Nosotros la llevamos a cabo, tanto en transporte de reparto como en larga distancia. Proyectos abiertos a cualquier cargador que se quiera sumar. Fuimos  pioneros con CHEP, para `eficientar´ cargas y trayectos y conseguir reducir los kilómetros en vacío.

Pero la clave para colaborar es que hay que tener buenas dosis de transparencia y generosidad. Así se genera la confianza necesaria. El objetivo debe ser poner intereses comunes en el centro y eso no excluye a nadie. La colaboración no tiene que tener fronteras”.

Y concluye: “el ejemplo es nuestro operador logístico TAISA, para el que buscamos colaboración para nuestras épocas valle de menos volumen, con otros cargadores que tengan en esos meses, por el contrario, picos de demanda. Además, con esa colaboración se favorece la sostenibilidad y la eficiencia en la usabilidad de recursos”.

Hemos vivido un auténtico sarampión en lo que a automatización logística se refiere. Había que automatizar sí o sí, sin saber a veces para qué. Ahora parece que la cuestión es automatizar o robotizar pero con un fin. Y por otro lado he leído que para usted “la tecnología es lo menos relevante”: ¿Cómo se conjuga todo esto?

“En efecto. Mantengo lo que dije. Lo más relevante es tu visión estratégica. Para qué quiero automatizar. Cuando tienes identificado el para qué, entra en juego el cómo vas  a llevar a cabo ese proyecto. Y ahí entran la elección de la tecnología, las capacidades en equipos, los procesos… esto es la segunda parte. En la elección de la automatización influye tu modelo de negocio, tu complejidad y para qué quiero esa automatización, qué quiero ser, a dónde quiero llegar”.

¿La logística es una maratón o una suma de pruebas continuas de velocidad?


“La logística es una ultra-maratón [y sonríe por su condición de runner]. Los que la practican me van a entender muy bien. En este tipo de deporte de máxima exigencia, tan importante como el físico es la fortaleza mental. Ahí es donde está la clave del éxito, en la resiliencia. En tu capacidad para retroalimentarte. En las ultra-maratones hay tramos en los que subes grandes pendientes y en otros, el camino es más llevadero. Como en logística”.

“El esfuerzo y la exigencia son máximos, pero la sensación del trabajo bien hecho, es como la llegada a meta, producen una satisfacción enorme que genera cierta adicción. Una recompensa elevada”.

¿Qué relación tiene con el ICIL? ¿Qué representa y ha representado para la logística en este país esta y otras asociaciones?


“He sido miembro de la Junta directiva de la Fundación ICIL [ahora Carmen Calama es la presidenta de la Fundación y directora de Proyectos Transversales de Operaciones de Mahou San Miguel], además en su momento me formé allí. Estar en estas organizaciones te permite hacer networking, participar en primera persona, aportar tu conocimiento de forma altruista, devolver parte de tu know how.

Promover la evolución que requieren los sectores de forma proactiva, en términos de sostenibilidad, de colaboración, de innovación, de afrontar los retos de relevancia, como el reto que tenemos en talento y en mano de obra, por ejemplo.

También y volviendo a ICIL, con la formación, punto clave para desarrollar nuevas capacidades, lo que ahora es especialmente relevante. Las organizaciones como ICIL son generadoras de buenas prácticas, de foros de debate desde un rol neutro, de conexión con la Administración, para un fin común: la evolución de un sector que tiene que seguir mejorando en la captación de talento”.

¿Qué se puede hacer desde las empresas por la logística en su conjunto y qué proyectos tiene Mahou San Miguel en este ámbito?


“Hay mucho que ver y que hacer; como impulsores del cambio en positivo a través de asociaciones o colectivos sectoriales; particularmente contribuyendo a mantener esa visión de largo plazo y con enfoque en la sostenibilidad, ya sea de la cadena de suministros, en las personas o en el negocio.

Y sobre todo, la logística tiene que creerse el rol estratégico que vive en estos momentos, ese salto cualitativo que no acaba de posicionarla en el top de las decisiones estratégicas fruto entre otras cosas de una pandemia que ha tensionado y mucho el suministro en los diferentes tramos de la Cadena.

En cuanto a proyectos de Mahou San Miguel, para nosotros la producción es muy relevante. Ahí debemos evolucionar en como anticiparnos a la demanda que es cada vez más incierta, una buena planificación hace que todo el modelo sea más sostenible y eficiente en recursos, materias primas y responde mejor a nuestros clientes.

En última milla, seguir con flotas sostenibles y desarrollar nuevos hubs urbanos en otras zonas geográficas; en transporte, potenciar la colaboración, evolucionar su integración y apostar por  flotas más sostenibles; y en tecnología, los datos seguirán siendo claves y necesarios para aportar valor hoy y, sobre todo, en el futuro con la IA generativa: nos reportará una mejor planificación, analítica, una mejor previsión de necesidades y seremos capaces de adelantarnos a muchos problemas”.

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