La patronal responsabiliza al Ejecutivo de la situación que se avecina y deja únicamente en sus manos la posibilidad de revertirla. El empleo en logística y el transporte descendió en enero poco más de medio punto (0,57%) respecto al mes anterior, pero es la primera caída registrada en los últimos doce meses.
El sector de la logística y el transporte cerró enero con un total de 1.003.611 trabajadores afiliados, 5.705 menos que en diciembre. Es la primera vez en el último año que esta caída se registra tanto en el régimen general (-0,61%) como en el régimen de autónomos (-0,40%).
Para UNO, la patronal del sector de logística y transporte, esto es una advertencia “del preocupante panorama laboral que se avecina este 2023 si no se ataja con medidas de productividad que frenen esta destrucción de puestos de trabajo”.
Al contrario, el cómputo interanual registrado ha supuesto una subida del 4,68%, lo (44.885 trabajadores más que en el mismo mes de 2022), según los datos publicados ayer, 2 de febrero, por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
Hostilidad hacia los empresarios
El presidente de UNO, Francisco Aranda, no lo percibe sin embargo, como un dato positivo ya que –dice- “responde a la inercia residual que mantenemos gracias a estos años de crecimiento. Una tendencia que no podrá mantenerse en el tiempo sin el respaldo de una estrategia de Estado que facilite la creación de empleo y abandone la hostilidad hacia los empresarios”.
Además enfatiza que se han reducido “drásticamente los márgenes de beneficio de las empresas, lo cual está provocando que una parte importante de los nuevos contratos laborales sean a tiempo parcial, lo que en los próximos meses alimentará el pluriempleo”. Y continua: “a esto hay que sumarle que somos el país con la tasa de paro más elevada de toda la Eurozona, pero el Ejecutivo sigue empeñándose en subir las cotizaciones sociales, incrementar los impuestos a las empresas y disparar el gasto público”.
En este sentido Aranda manifiesta su preocupación por la nueva subida del salario mínimo interprofesional (SMI), hasta los 1.080 euros, que en su opinión puede agravar aún más este escenario: “implicará que las empresas paguen cerca de 20.000 euros al año por cada trabajador con el SMI, un incremento de los costes de producción que, al no venir acompañado de medidas que fomenten la productividad, ahogará aún más a las empresas”.
Revertir la situación
Para el presidente de UNO, la evolución negativa podría revertirse “si el Gobierno focaliza esfuerzos en atraer nuevas inversiones hacia España, relajar las políticas intervencionistas, reducir la presión fiscal de nuestras empresas, eliminar la rigidez que introduce la nueva reforma laboral y, por supuesto, controlar el disparatado gasto público”.
Los datos del Régimen General reflejan que en enero se registraron un total de 794.400 afiliaciones en nuestro sector, lo que supone un 5,77% más que el mismo mes de 2022. Por su parte, el Régimen de Autónomos continúa un mes más perdiendo afiliados a un ritmo del 0,64% interanual, lo que se traduce en 1.340 trabajadores menos que en el mismo periodo del año anterior.