El aumento de las devoluciones, de las entregas fuera de casa y la concienciación sobre sostenibilidad, son algunos de los retos derivados del ecommerce a los que el sector logístico tendrá que hacer frente en 2023.
La elevada inflación, las subidas de los tipos de interés y el reciente aumento de los costes de vida, afectan a todos los sectores de la economía. Si observamos estos factores desde la óptica del consumidor, se pueden percibir cambios en los hábitos de consumo online, que afectan al desempeño del sector logístico. Un reciente estudio elaborado por Retail Economics para Packlink revela que un 84% de los consumidores está preocupado por las perspectivas de la economía y casi 3 de cada 4, afirman que cambiarán sus hábitos de compra en Internet en 2023.
Entre los cambios de consumo en materia de compras online a los que el sector logístico deberá adaptarse, se encuentran: la negativa de los consumidores a pagar las tasas de devolución, el crecimiento de las entregas fuera de casa y la demanda de envíos sostenibles.
Las devoluciones crecen con el ecommerce
Desde el estallido de la pandemia y el correspondiente crecimiento del comercio online, la tasa de devoluciones ha crecido más que nunca. El modo de realizarlas, también. Si tradicionalmente los cambios se llevaban a cabo en las tiendas físicas, la comodidad de poder hacerlo desde casa ha ido ganando terreno en los últimos años. Sin embrago, este comportamiento del consumidor genera grandes costes, tanto económicos como medioambientales que, hasta ahora, las empresas estaban asumiendo.
Aunque la mayoría de medianas y pequeñas empresas sí cobraban por los envíos y las devoluciones, muchos de los grandes marketplaces eran capaces de asumir esos gastos. Hace apenas unos meses, el sector experimentó un cambio de paradigma, con el anuncio de que Inditex cobraría por las devoluciones online.
Los consumidores, sin embargo, no están en sintonía con estas nuevas políticas. Entre 2022 y 2023, ha crecido un 3% el número de compradores que creen que las devoluciones deberían ser siempre gratuitas, hasta alcanzar el 76% de los encuestados. Algunos minoristas, como el Grupo Tendam, han anunciado que seguirán apostando por no externalizar estas tasas.
Por franja de edad, los resultados demuestran que los más jóvenes son más receptivos a la idea de pagar por las devoluciones (39%). Cuando avanzamos en generaciones, el porcentaje disminuye significativamente hasta llegar al 22% de opiniones positivas por parte de los “baby-boomers”.
Lo más barato y sostenible, triunfa
En materia de devoluciones, y también de entregas, existen dos factores claves para los usuarios: que sean económicas, pero también sostenibles. Una conjunción que a veces resulta difícil de conseguir. En este sentido, una de las grandes tendencias que está aflorando es la entrega fuera de casa.
El 34% de los consumidores elegiría los servicios de taquillas para paquetes o al “click and collect” para sus pedidos por internet, en comparación con el 25 % encuestado hace un año.
Mediante taquillas y puntos de recogida, los clientes -y también las compañías- pueden ahorrar en costes. La implantación de estos “lockers”, así como la planificación de las rutas de reparto, son tendencias derivadas del comportamiento de los consumidores que las compañías logísticas deberán impulsar durante el próximo año para poder adaptarse a la situación actual.
La sostenibilidad es otro de los factores que el 75% de los encuestados consideran “imporante” o “muy importante” a la hora de comprar por internet. Los consumidores prefieren esperar más (38%) o cambiar a entrega fuera de casa (34%) que asumir un mayor coste para compensar las emisiones contaminantes (7%).
La proliferación de compras de artículos de segunda mano también tiene mucho que ver con la incipiente preocupación medioambiental y con el ahorro que supone para los consumidores. Aunque durante los últimos años han aparecido numerosas plataformas independientes para potenciar la economía circular, compañías del sector retail como Inditex o Decathlon también han sabido ampliar su negocio en este sentido.
El reto logístico surge al asumir la recogida y distribución de estos productos, cuyos “proveedores” son los propios consumidores.
