“Hay décadas en las que no pasa nada y semanas en las que pasan décadas”. Así se refería Fernando Liesa, secretario general de Alice, a la situación que enfrenta la logística durante el encuentro “Future Supply Chain – Vision toward 2030” celebrado en el contexto de BNEW.
Moderado por Francisco Aranda, presidente de la patronal logística UNO, el encuentro puso sobre la mesa alguna de las cuestiones más candentes de una logística que ahora es vista como una ventaja competitiva a la hora de “diferenciar productos cada vez más similares”.
El sector se enfrenta a un cambio de paradigma, no solo en el consumo, donde se espera que España pase a ser el segundo país, tras India, con mayores tasas de crecimiento online, sino a una nueva forma de plantearse la logística ante posibles catástrofes, impulsando el desarrollo de ‘stocks de seguridad’.
Las tres erres, una transformación necesaria
Una de las primeras temáticas abordadas durante la charla, expuesta por Susana Val Blasco, directora de Zaragoza Logistics Center, fue la regulación. El inevitable cambio tecnológico y la apuesta por la digitalización –IA, machine learning, Big Data- se ve en ocasiones lastrado por una regulación “demasiado lenta” para la velocidad a la que estas innovaciones llegan a nuestras vidas.
Por su parte, Fernando Liesa hizo hincapié en la reducción de emisiones. En referencia a la contaminación generada por la logística, el secretario general quiso diferenciar entre lo factible y lo necesario, aclarando que muchas de las líneas de negocio de las empresas están siguiendo la estela marcada por el horizonte 2030.
Finalmente, Vicente Segura, partner en Deloitte, resaltó la importancia de una tendencia en auge, la relocalización. Las cadenas de suministro empiezan a diversificar sus proveedores al tiempo que se acercan, cada vez más, al consumidor final. La última milla, el ecommerce, la omnicanalidad y la trazabilidad requieren una transformación para que el modelo no colapse, señalando a las administraciones como futuros líderes del cambio.
