La distribución española ha registrado las mejores ratios europeas de disponibilidad de productos en tienda durante el mes de marzo, en plena escalada de la crisis sanitaria por coronavirus. Según indica el Barómetro OSA, impulsado por Aecoc en colaboración con Nielsen, el 92,8 por ciento de las veces que los consumidores fueron al supermercado ese mes encontraron el producto que buscaban.
Tras la monitorización de las principales categorías de consumo en las tiendas de ocho distribuidores líderes, el informe refleja cómo a pesar de la excepcionalidad de la situación, el índice de disponibilidad descendió sólo 2,8 puntos con respecto a la tasa registrada en marzo de 2019.
En concreto, el detalle diario del informe muestra como el 13 de marzo, viernes anterior a la entrada en vigor del estado de alarma, fue el día con mayor demanda, con un incremento del 179 por 100 en las ventas de los distribuidores.
Precisamente fue ese fin de semana donde la disponibilidad de productos bajó hasta el 90 por 100, a consecuencia de las compras búnker o de acaparamiento ante la histeria colectiva generada por el posible desabastecimiento.
A través de estos datos, España pasa a ocupar el primer puesto como el país que mejor ha sabido responder al incremento de la demanda durante el mes de marzo. Así, si la falta de stock se situó en España alrededor del 7 por 100, países como Italia y Bélgica registraron picos del 12 por ciento, mientras que otras naciones como Francia llegaron a alcanzar el 18 por cien los primeros días de confinamiento.
En comparación con otras potencias mundiales del retail, la distribución española también se ha visto destacada en este estudio, con una evolución del índice muy similar a la de Canadá durante toda la crisis y una respuesta más efectiva que la de Australia, que alcanzó el 20 por ciento de la falta de stock.
En respuesta a las cifras recogidas en el estudio, José María Bonmatí, director general de Aecoc, ha señalado que la eficacia de la cadena durante los momentos de máxima tensión “demuestra que España cuenta con una de las distribuciones alimentarias más eficientes del mundo, gracias a un modelo de proximidad que ha sido capaz de mantener un abastecimiento continuado incluso cuando la frecuencia de reposición ha aumentado”.
