España no ha logrado en Bruselas el necesario apoyo de los veintisiete para incluir al Corredor Central, también llamado Travesía Central Pirenáica (TCP), entre las Redes Tranesuropeas de Transporte, pese a lo cual el Gobierno español a través del Ministerio de Fomento y de su titular, Ana Pastor, no renuncian a esta infraestructura, si bien ya se empieza a considerar este corredor como necesario sólo a largo plazo (20-30 años).
Para defender su inclusión en la Red y por tanto verse favorecido por las inversiones de la UE, España ha llegado a votar en contra de la propuesta de la Comisión que sin embargo si incluye al Corredor Medioterráneo, lo que no ha sentado nada bien entre quienes apoyan el eje del este peninsular que han calificado de “irresponsable” la postura oficial española ante los organismos comunitarios.
Pastor ha llegado a decir que lo importante finalmente es el acuerdo con Francia -país que nunca ha mostrado entusiasmo alguno por la TCP-, ya que las infraestructuras las construyen los Estados.
La imposibilidad de concluir el túnel de Canfranc, clave para el Corredor Central, antes de 2030 es la principal barrera argumentada por Bruselas para su negativa.