La Unión General de Trabajadores ha presentado una denuncia ante la inspección de trabajo contra las principales empresas de reparto de domicilio, por no facilitar medidas de prevención a sus trabajadores durante el desarrollo de su labor en la última milla.
Desde que se aprobara el estado de alarma, se ha considerado el reparto como un servicio esencial para poder satisfacer las necesidades de una población confinada. Sin embargo, el problema, según indica el sindicato, reside en que los riders “no tienen medidas de prevención porque la empresa no les facilita nada que les permita poder realizar su trabajo sin peligro para su salud y para la de los clientes. Tan solo reciben una serie de correos donde les dan una serie de recomendaciones y compromisos para dotarles de mascarillas y guantes, pero nunca llegan”.
Tras su larga batalla legal contra este modelo económico, donde cada repartidor debe ser autónomo, UGT ha solicitado que, en caso de ser corroborado por la Inspección de Trabajo, este asunto sea trasladado al Ministerio de Sanidad, a fin de que ponga las medidas de prevención necesarias y, si no puede haber protección para todos, establezca la conveniencia de seguir manteniendo o no la actividad de tales compañías.
