Reunió a más de 200 empresas participantes en el proyecto “"La alimentación no tiene desperdicio, aprovéchala"
El I Punto de Encuentro contra el desperdicio alimentario, organizado por AECOC
el pasado viernes, 31 de mayo, logró reunir a más de 200 empresas
implicadas de forma directa en el proyecto “La alimentación no tiene desperdicio, aprovéchala”,
puesto en marcha por la propia asociación a finales de 2012.
La jornada, inaugurada por Isabel García Tejerina, secretaria general de Agricultura y
Alimentación, contó con la presencia de destacados profesionales del sector de
la alimentación en un intento de mostrar las diferentes estrategias que están
poniendo marcha para ayudar a reducir el desperdicio de alimentos en nuestro
país. Un desperdicio que, en palabras de
la Secretaria General de Agricultura y Alimentación, “se da en todas las fases, desde la producción, hasta el consumo final, por eso
es importante analizar y cuantificar adecuadamente dónde y de qué forma se
produce para poner soluciones”.
Entre los motivos por los que se tiran alimentos en nuestro país, el
primero es el sobrante de las comidas (86,4 por 100); el segundo, el
deterioro de los productos por su mala conservación, almacenamiento o exceso de
tiempo (63,6 por 100) y el tercero, los alimentos sobrantes olvidados para
el consumo (45,6 por 100) ha detallado García Tejerina.
El problema, especialmente preocupante en una situación de crisis como la
que vivimos en la actualidad, se produce en en toda Europa y en España, “que
actualmente es el sexto país que más comida desperdicia tras
Alemania, Holanda, Francia, Polonia e Italia”, puntualizó.
Casos de éxito
El aspecto más destacado de la jornada fue la presentación de diferentes
casos de éxito que se están llevando a cabo para reducir el impacto del
desperdicio alimentario. Ese es el caso de Grupo Leche
Pascual que de la mano de su director de
Relaciones Institucionales y
Sostenibilidad, Oscar Hernández explicó
el proyecto que ha establecido su compañía para optimizar los procesos con sus proveedores
reduciendo la posibilidad de que los alimentos se estropeen en cualquier punto,
bien sea durante su recogida, almacenaje o distribución al punto de venta.
Igualmente interesante fue el expuesto por Remi Sanz, director de Comunicación
de la bodega Matarromera, compañía que ha iniciado una nueva línea de
negocio, creando una línea propia de alta cosmética natural, “convertir el
desperdicio de la uva que no se usa en la fabricación en algo realmente
interesante y productivo, es nuestra forma de ayudar en este terreno”. Por su
parte, Ángel Fraile, gerente de Desarrollo Sostenible de Endesa, sorprendió a los presentes
mostrando lo que están realizando, en este caso en Brasil, para convertir los
envases desechables -plástico y latón- en energía eléctrica tras pasar por un
proceso de reciclado, “hemos logrado demostrar que es posible reducir nuestros
costes y ayudar a las personas a encontrar un trabajo digno y disponer de
energía en su vida diaria”.
Ana
Bolet, responsable del departamento de clientes de Caprabo, compartió con los los
asistentes el proyecto que desde 2010 ha establecido su empresa. Basado en micro-donaciones, supone que las
diferentes tiendas que posee la compañía se implican directamente en la entrega
de alimentos a una entidad necesitada, “entidad que nos ha
indicado el Bando de Alimentos de la zona. Es decir, en vez de llevarla a la
central del Banco, llega directamente a la Asociación o entidad que la
necesita”.
Las
medidas que está adoptando se cerraría con la intervención de Andrés
Perelló,
miembro de la Comisión de Medio
Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo, quien realizó
un somero análisis de la legislación actual y el grado de prioridad que
presenta el desperdicio alimentario en la agenda europea, “la Unión Europea ha
establecido como objetivo reducir el desperdicio alimentario un 50 por 100 de aquí al
2025. Es un proyecto muy ambiciosos que sólo se basara si realmente conseguimos
actuar en ámbitos tan variados como la información, el envasado o actuando
directamente cobre la gestión de excedentes y restos.
La jornada finalizaría con la
celebración de una mesa redonda que mostró, una vez más, que el desperdicio
alimentario se produce en todos los eslabones de la cadena de valor, por ello, lo
que obliga a industria, distribución, operadores y consumidor es necesaria para
encontrar solución a este problema.
En ella participaron Fernando Burgaz, director general de
Industria Alimentaria del MAGRAMA; Ana Antequera, directora de Comunicación de Ebro Foods; Antonio Uceda, director comercial
de Stef ; Carmen Picot, ejecutiva de
Relaciones Institucionales de Consum
y José Antonio Busto, presidente de la FESBAL .La mesa redonda incidió en la necesidad de que los 56
bancos de alimentos que actualmente existen en España –que en el último año
gestionaron los 104 millones de kilógramos donados en nuestro país-, pueden
mejorar y ampliar sus procesos de recepción almacenajes y distribución.
El objetivo es, por un lado, incrementar
las donaciones como para mejorar la redistribución de alimentos y por otro, mejorar
el marco legal en el que deben operar
las empresas para reducir aún más el desperdicio.
